La lentitud de la Justicia posibilitó que dos hermanas de 13 y 14 años que vivían junto a su madre en Chimpay, y que aparentemente eran obligadas a ejercer la prostitución, abandonaran la zona. Las sospechas comenzaron hace dos años, pero increíblemente, en todo este tiempo ningún médico constató el estado de salud de las nenas, ni tampoco fueron entrevistadas por algún psicólogo.

Las sospechas que las nenas eran obligadas a prostituirse, se basan en los testimonios de vecinos y docentes, pero especialmente en lo señalado por una de ellas en la comisaría, y que quedó asentado en un acta policial: "yo me cuido con inyecciones para no quedar embarazada, pero mi hermana más grande no se cuida con nada". El acta policial está fechada en Chimpay, el 12 de diciembre pasado.

En el mismo escrito se indica que las nenas han sido vistas saliendo de las gamelas donde se alojan trabajadores golondrinas que realizan la temporada frutícola. También durante la noche se las vio ingresar a un bar, un lugar que no es apropiado para chicas de tan corta edad.

Este informe fue enviado a la justicia penal en el marco de una investigación en la que se trata de determinar si ambas chicas fueron obligadas a prostituirse. De ser así, se podría ordenar la separación de las chicas y de otro hermano de su madre. Pero la lentitud de los investigadores no sólo no permitió avanzar en la causa, sino que tampoco se pudo evitar que abandonaran la zona.

La historia de estas dos nenas y sus hermanos está signada por una profunda y peligrosa vulnerabilidad de los derechos de los niños. La situación comenzó a ser investigada en 2004.

Desde la Defensoría de Menores se indicó que "ahora se esta llevando una investigación penal por parte de la fiscalía. Pero cuando se conoció la situación de riesgo, se solicitaron todas las medidas protectivas correspondientes, porque la familia vivía deambulando en casas precarias hasta que desde el municipio se les otorgó una vivienda como así también planes de ayuda".

Se agregó que "siempre se los ha controlado aunque no siempre los resultados fueron positivos". De todos modos, cuesta entender por qué pasó tanto tiempo, sin que las chicas y sus hermanos

Cuando se consultó sobre si en algún momento se pensó en separar a los niños de la madre, se indicó que "ella siempre cambió antes de la separación. Se había pensado en llevar a los chicos al hogar Rondini de Regina para su internación, pero ella modificaba su conducta. Los llevaba a la escuela y mostraba indicativos de que podía cambiar".

En cuanto a los indicios de que las nenas se estén prostituyendo se mencionó desde la Defensoría que "no hay nada, no hay nada firme con respecto a eso". Y se resaltó "siempre se han solicitado las medidas proteccionales".

Sin embargo, la asistente social Mirta Arcajo tiene un pensamiento totalmente opuesto. Sobre el hecho puntual de la

prostitución de las nenas señaló que "hay fuertes indicios que habría que corroborar. Para mi mirada social, éstos son más que fuertes".

Mencionó que cuando se comenzaron a realizar los primeros informes "no fueron por este motivo en particular sino otros indicadores de riesgo, pero hay cierta dinámica que permite inferir que esto esta aconteciendo. Hay distintos actores sociales que deben intervenir como la instancia judicial y la defensora de Menores", dijo Arcajo. Y agregó que "hay más chicos en la misma situación de vulnerabilidad en Chimpay. Como por ejemplo los riesgos que implican deambular en la calle a altas hora de la noche con pautas aprendidas y naturalizadas, lo que propicia o potencia estos riesgos".

"Esto tendría un gran componente social como es el crecimiento que ha tenido la localidad sumado a la gran afluencia de trabajadores de otros puntos del país, por lo que las instituciones se ven desbordadas. En muchos casos, de manera distinta, con gestos, con miradas, al ser vulnerados sus derechos los chicos te piden ayuda. Pero ante la falta de respuestas, éstos se hacen carne".

Con respecto a las dos hermanas, la pregunta es cuáles son estos indicadores o indicios que marcan que las nenas pueden estar siendo obligadas a prostituirse y que sus hermanos también están en riesgo.

En un informe al que "Río Negro" tuvo acceso, se menciona que "se observan indicadores que nos permiten inferir situación de riesgo extremo en los niños, asociado a conductas presuntamente vinculadas a la prostitución".

En el mismo informe se destaca que "el grupo familiar, ante situaciones de disfuncionalidad en su dinámica, situaciones de maltrato, abandono y negligencia, ya fue abordado oportunamente, sin registro de modificaciones en su organización, continuando los menores en estado de alto riesgo de vulnerabilidad psico-física.

Por ello solicitamos inmediata intervención". El informe fue elevado a la justicia penal para que se tomen medidas urgentes por el caso.

Incluso se dan a conocer varios puntos que indican los riesgos de los chicos. "Hay registros y antecedentes de vecinos y docentes, quienes refieren que han presenciado cuando la madre reclama a los niños dinero para ingresar al hogar; explotación de los menores y exposición a mantener conductas demandantes para su asistencia; familia frecuentada por distintos hombres que pasan en vehículos particulares buscando a las niñas; encuentros nocturnos (fiestas) donde los niños son protagonistas, etc".

Es por eso que se pidió una rápida intervención con una serie de medidas que van desde una indagación de la Policía, solicitud de informes, realización de test psicológicos, etc.

Sin embargo, la mujer abandonó Chimpay junto a sus hijos, y se habría dirigido a una ciudad de la costa atlántica bonaerense. (AVM).