PENDLETON, California, EEUU (AP) Ocho infantes de marina fueron acusados ayer de los asesinatos de 24 civiles iraquíes durante un sangriento operativo en el 2005 después que uno de sus camaradas muriera por una explosión en una carretera.

En el mayor caso penal con relación a las muertes de civiles en la guerra de Irak, cuatro de los infantes de marina fueron acusados de asesinato no premeditado en los homicidios en el poblado de Hadita.

Los otros cuatro que enfrentan cargos son militares que no se encontraban en el lugar de los hechos pero fueron acusados por fallas en el proceso de investigación y de reporte de las muertes, informó la Infantería de Marina.

El de Hadita es uno de varios casos de presunto mal comportamiento de fuerzas estadounidenses ocurridos en la guerra de Irak, y es la segunda ocasión en seis meses que funcionarios de Pendleton han sostenido conferencias de prensa para decir que presentarán cargos contra algunos de los suyos por presuntos homicidios ilegales.

El sargento primero Frank Wuterich, de 26 años, líder de escuadrón, fue acusado de haber asesinado sin premeditación a 18 civiles, incluyendo a seis personas dentro de una casa que miembros de su escuadrón habían desalojado por la fuerza.

Wuterich también fue acusado de rendir una declaración oficial falsa y de pedir que otro sargento hiciera declaraciones falsas.

El sargento Sanick P. de la Cruz, de 24 años, fue acusado de los asesinatos sin premeditar de cinco personas y de rendir una declaración oficial falsa con la intención de engañar.

El soldado de primera Justin Sharrat, de 22, fue acusado de los asesinatos sin premeditar de tres iraquíes. El también soldado de primera Stephen Tatum, de 25 años, fue acusado de los asesinatos sin premeditar de dos iraquíes, homicidio por negligencia de cuatro civiles y también fue acusado de agredir a dos iraquíes.

El acusado de mayor rango, el teniente coronel Jeffrey Chessani, de 42 años, fue acusado de no obedecer una orden de regulación, que abarca incumplimiento del deber. Los otros oficiales acusados son el teniente primero Andrew Grayson, de 25 años, el capitán Lucas McConnell, de 31, y el capitán Randy Stone, de 34, abogado militar. Los abogados de la defensa han dicho que sus clientes actuaban según se les había entrenado: responder con fuerza legítima a lo que se percibía como una amenaza.

Los infantes de marina permanecieron destacados en Irak, combatiendo durante meses después de los asesinatos. En un principio, el Cuerpo de Infantería de Marina informó que 15 iraquíes murieron tras la explosión de una bomba a la vera de un camino, y que sus soldados mataron a ocho insurgentes en el subsecuente combate.

Ese relato fue ampliamente desacreditado e informes posteriores fijaron el número total de muertos iraquíes en 24. Se inició una investigación penal del incidente en Hadita después de que la revista Time informó en marzo que habían sido asesinadas personas inocentes. La revista citó relatos de sobrevivientes a la tragedia y a grupos defensores de los derechos humanos.