El argentino Gonzalo Higuaín fue presentado ayer como nuevo jugador del Real Madrid en un acto casi íntimo, lleno de silencios, y al que sólo asistieron 300 hinchas, en su mayoría jóvenes compatriotas del delantero.

Higuaín no pudo llegar en un momento peor para su presentación, un día después de que el Real Madrid perdiera por 3-0 en su propio estadio ante el modesto Recreativo de Huelva.

Fue el acto más silencioso que se recuerda por parte de un club al que le gusta generar ruido en este tipo de eventos. Comenzó con unos 15 minutos de retraso y lo hizo con el habitual discurso de bienvenida de Ramón Calderón, el presidente del club. "El Real Madrid sigue trabajando en un proyecto de futuro y por eso ha decidido incorporar a su familia a un jugador como Higuaín. Respira fútbol por los cuatro costados. Habilidad, disciplina, elegancia y cualidades humanas le han traído a este club", dijo.

El discurso de Higuaín, espontáneo, fue todavía más breve que el de Calderón. "Voy a intentar demostrar que no se han equivocado conmigo. Quiero ganarme el respeto de todos los que confiaron en mí. No me da miedo y jugaré aquí como lo hice en River. Muchas gracias a todos y a triunfar", fue su intervención.

A continuación, posó junto a Calderón y a Alfredo Di Stéfano, el presidente de honor del Real Madrid, junto a una camiseta donde se leía su nombre, aunque faltaba el dorsal. El argentino aún no eligió porque no conoce qué números están disponibles en la amplia plantilla madridista.

El Real Madrid pagó 13 millones de euros a River por una de las principales promesas del fútbol argentino y firmó un contrato por lo que resta de temporada y seis más.

Tras la presentación, realizada en el antepalco del Santiago Bernabeu, Higuaín pisó el césped del estadio con su nuevo uniforme, en un acto abierto al público al que asistieron unos 300 espectadores, en su mayoría jóvenes argentinos residentes en la capital de España.

El delantero posó para los fotógrafos con enorme timidez y ante la mirada emocionada de su padre y representante, Jorge Higuaín. Después, tomó dos balones y tras realizar algunos malabarismos los arrojó a la tribuna, para disfrute de los pocos hinchas reunidos. Nada que ver, por ejemplo, con la presentación de Robinho, realizada hace 15 meses, donde el brasileño fue recibido por 3.000 hinchas.

Pero entonces era tiempo de vacaciones, hacía mucho calor y el equipo generaba enormes ilusiones. Ayer fue el turno de Higuaín, hoy será el de Fernando Gago.