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Domingo 17 de Diciembre de 2006
 
Edicion impresa pag. 24 y 25 >
Todo se acelera
Los tiempos se precipitan y todo indica que no habrá tregua política este verano. Luego de Quiroga, el MPN también quiere hacer su demostración de fuerza.

Está visto, prácticamente no habrá tregua política este verano. El 2007 es un año electoral y nadie quiere dar ninguna ventaja a sus adversarios. Primero fueron los actos de la entente Frente Grande-Libres del Sur y de Unión de los Neuquinos, y luego, hace una semana, Quiroga salió con su pomposo "lanzamiento del primer candidato de la "Concertación plural del presidente".

Esta semana el que se asomó fue el MPN. Jorge Sapag, Jorge Sobisch curioso, tienen las mismas iniciales y Pedro Salvatori cerraron filas para anunciar que el próximo 27, ¡en medio de las fiestas de fin de año!, reventarán el Ruca Che como sólo puede hacerlo el partido provincial. No habrá paz.

"Lo del 27 es la respuesta al acto nuestro", exageró uno de los lugartenientes del candidato radical tratando de presentar de antemano el escenario político electoral del 2007 como una puja totalmente polarizada entre Quiroga y Sapag.

Pero no es del todo falso que Quiroga buscó precipitar los tiempos políticos de su propio sector. No hace más de un mes, en el campo del kirchnerismo y sus aliados, dividido en quiroguistas y no quiroguistas, se planteaban dos alternativas. La primera: dejar transcurrir el tiempo hasta marzo, cuestión de que se decantaran las cosas y dirimir entonces, en una interna abierta, quién sería el hombre, Quiroga o Podestá. La segunda: precipitar todo con el argumento de que dejar pasar tres meses, cuando el MPN ya tiene su candidato, es darle una ventaja decisiva al aparato oficialista.

"No voy a permitir que crezcan pegándome a mí", fue, en realidad, la reflexión que el líder del radicalismo neuquino les formuló en ese momento a los suyos. Los hechos muestran hoy que Quiroga forzó los tiempos con la expectativa de que eso juegue a su favor en la interna del kirchnerismo. También que el MPN, como ha sido siempre, acepta el desafío.

No por nada la Casa Rosada ya ungió de urgencia al compañero de fórmula de Quiroga será Panessi, el intendente de Villa La Angostura, el viernes se firmó la mentada Concertación entre el PJ y la UCR, y el propio Oscar Parrilli bajó ayer para poner en carrera a dos importantes candidatos a intendente: Bertoldi en Centenario y Gallia en Plottier.

Con el correr de los días se irán sumando al acuerdo otras fuerzas Partido de la Victoria, Movimiento Evita, el Frente y la Participación Neuquina, sectores del ARI y del PI y se sucederán las presentaciones de postulantes en otros municipios: el tren está en marcha.

¿Qué hará Podestá y su alianza Frente Grande-Libres del Sur?

La pregunta aún no tiene respuesta pero, descartada la posibilidad de que el intendente zapalino se sume a la fórmula con Quiroga, las opciones parecen ser dos: mantiene su postulación hasta el final, cuestión de probar en los hechos cuánto puede en Neuquén el kirchnerismo no-quiroguista; o se va a su casa.

El líder del Frente Grande ha dicho varias veces que no irá con Quiroga, pero que tampoco se convertirá en un obstáculo para las políticas del presidente Kirchner. En el gobierno nacional evalúan que Podestá tiene un panorama complejo en su propia retaguardia, Zapala, y que ésa podría ser la prenda de negociación. "Espaldas cubiertas a cambio de no levantar candidaturas alternativas", sintetizó un miembro del gobierno nacional.

Claro que todo el armado no deja de ofrecer flancos. Cuando se trata de construir poder electoral, al kirhnerismo no le tiembla la mano para sumar a quien sea. Para poner un solo ejemplo, el ex menemista Sergio Gallia ha pasado a ser el candidato kirchnerista en Plottier.

En un contexto como ése, donde además de los pases de bando abundan los sellos de goma, la duda que asoma es si las bases de las fuerzas sumadas en trámite exprés a la Concertación van a ir a votar lo que, sin mayores consultas, se les presenta todo armado.

¿Tenía razón Perón cuando decía que "los mejores ladrillos también se hacen con bosta"? ¿O sólo estaba justificando sus peores enjuagues?

Son preguntas que cualquiera puede formularse y que se irán develando en el decurso de las próximas semanas, quizás meses.

A pesar de la imagen de unidad exhibida para la foto, las cosas no son más sencillas en el MPN. Sapag, Sobisch, Salvatori, los tres juntos, son un ícono muy fuerte del poder en la provincia, tanto que un morador de la Casa Rosada dejó caer una cáustica reflexión al respecto: "No sólo no son lo nuevo, ni siquiera son más de lo mismo: son lo peor de lo mismo".

¿Acaso es el horror el que une a las máximas figuras del MPN? ¿El horror a perder la fuente de poder común?

Porque, es muy evidente, Jorge Sapag tiene muy buenos motivos para mantenerse alejado de Jorge Sobisch. Y acaso no necesite ninguno para no sentarse con Salvatori, en definitiva perdedor, por mucha diferencia, de la interna.

Sapag necesita presentarse como lo nuevo y lo diferente, y Sobisch es lo viejo conocido. Sapag no necesita, como Sobisch, enfrentarse con Kirchner, todo lo contrario. Sapag no se ve precisado a seguir dilapidando recursos públicos para aparentar, como Sobisch, poder y prosperidad en la carrera presidencial, todo lo contrario.

Sapag, en fin, ya lo ha dicho: quiere las elecciones provinciales separadas de las nacionales. Sobisch, ¿no lo escucha?

Parece que no. En la conferencia de prensa donde posaron para las fotos, el gobernador no sólo dijo que respecto de las elecciones se decidirá en su momento lo que más convenga al partido (que es él y nadie más que él), sino que además tiemble Sapag anunció que ¡se sumará a la campaña electoral del candidato!

¿Es Sobisch el peor problema que tiene Sapag por delante?, ¿peor aún que Quiroga y Podestá juntos?

No pocos colaboradores del candidato emepenista así lo dejan entrever.

Pero la puja por el poder se construye sobre montañas de peros, a pesar de que Sapag se impuso por una amplia diferencia en la interna, Sobisch, ese individuo desmesurado como un personaje de Kusturica, conserva aún una cuota importante de poder. Y, además, es demasiado consciente de que debe hacerla valer, con palabras y actos, a cada rato. Lo contrario sabe bien sería la inmediata muerte civil. Si sus pares y enemigos sospecharan que ya no tiene poder, ya no lo tendrían en cuenta en lo más mínimo, ni acá ni mucho menos allá, en las grandes ligas, donde se empeña en jugar. Ni para darle una moneda.

Así que Sapag no tiene más remedio que 'seguir bailando con la más fea'. No se sabe por cuánto rato más. Sobisch dice que está en guardia con la fecha de las elecciones nacionales, por si al gobierno de Kirchner se le ocurre hacer "alguna picardía". En la Rosada, en cambio, dicen que las elecciones nacionales se harán el 18 de octubre, pero respecto de las provincias donde gobiernan adversarios, con más razón en Neuquén, donde lo hace un aspirante presidencial, aguardan expectantes que los gobernadores jueguen sus cartas.

 

HECTOR MAURIÑO

vasco@rionegro.com.ar

 
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