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Domingo 17 de Diciembre de 2006
 
Edicion impresa pag. 52 > Cultura y Espectaculos
Chicos en problemas
El estreno de dos películas animadas permite acceder a los grandes avances de un género distintivo apoyado en historias sólidas y la recreación de mundos infantiles no tan ligados a la inocencia de antaño.
Dj, un joven enfrentado a los oscuros poderes de la casa del vecino.
Dj, un joven enfrentado a los oscuros poderes de la casa del vecino.
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El arte computado entrega nuevas expresiones de su calidad e inabarcables posibilidades este mes con el estreno de dos propuestas de gran éxito en su paso por las salas mundiales. "Monster House, la casa de los sustos" (Gil Kenan, 2006) y "Ant Bully, las aventuras de Lucas" (John A. Davis, 2006) permiten, cada una a su manera, acceder a mundos que simulan ser muy parecidos a la realidad humana pero con una gran dosis de originalidad en base a guiones sólidos e irónicos con temáticas interesantes y lejanas a la clásica moraleja pero con mensajes aleccionadores.

En "Monster House", la historia gira en torno de tres preadolescentes, DJ, Chowder y Jenny, que deben enfrentar a una casa algo especial que esconde muchos secretos y a su temible dueño, el señor Nebercracker. Plagada de referencias actuales, la trama transita entre el suspenso, algo de terror y la comedia con una inusual solvencia y logra crear un universo tan lejano como reconocible. Un mundo donde los adultos siempre llevan las de perder y son retratados con dureza y plasmados con una gran cantidad de defectos a la vista que poco tienen que ver con la intuición infantil que, igualmente, está bastante alejada de la pureza absoluta.

El joven director Gil Kenan afirmaba en el momento de estreno: "Me pareció que sería una pérdida de tiempo para todos recrear el mundo que vemos cuando abrimos la ventana. Por eso tuvimos la suerte de darle una sensación que sólo existe en esta película. Y crear una visión del mundo que es meramente "Monster House".

El proceso de construcción de este filme, producido entre otros por Robert Zemeckis y Steven Spielberg, tiene mucha relación con el ya utilizado por el primero en "El expreso Polar" ("The Polar Express", 2004). El trabajo con los actores fue no sólo el aporte vocal sino la grabación de todos los movimientos de sus personajes con un millón de sensores en sus cuerpos. Actos que luego son trasladados a la computadora y se constituyen en la piedra fundamental a la hora de generar cada una de las acciones. Intérpretes como Steve Buscemi, Catherine O'Hara, Fred Willard, Kathleen Turner, Jason Lee, Maggie Gyllenhaal, Kevin James y Jon Heder, entre otros, se sometieron al duro proceso para luego ver cristalizadas sus proezas con imágenes animadas en base a un guión sin fisuras de Dan Harmon, Rob Schrab y Pamela Pettler al que el único detalle que se le puede cuestionar es el tiempo que se toma para resolver la escena final. Es importante aclarar que el relato puede resultar algo complicado de comprender e inclusive cruento para niños muy pequeños.

La otra propuesta, "Ant Bully", producida por Playtone, la compañía de Tom Hanks, recrea la odisea de Lucas, un chico con problemas para lidiar con su familia y el acoso de sus vecinos mayores que descarga su descontento con las hormigas de su jardín. Estas, al mejor estilo de sus predecesoras en "Hormiguitaz" ("Antz", 1998) y "Bichos" ("A bug's life", 1998) tienen muchas cosas que decir y gracias a una poción mágica lograrán empequeñecer al protagonista e introducirlo en su hormiguero. Allí los roles se invertirán y Lucas deberá enfrentar sus propias debilidades pero también sus virtudes algo ocultas.

Quizás con un discurso más aleccionador y políticamente correcto que "Monster House", el filme logra entretener y provoca una rápida empatía con los personajes gracias a una calidad visual distintiva y un planteo que sigue las fórmulas conocidas en las que el más débil termina siendo el más fuerte. Con voces aportadas por Julia Roberts, Nicolas Cage, Lily Tomlin, Paul Giamatti y Meryl Streep como la abeja reina (¿qué otro personaje podía interpretar?), la cinta está basada en el libro original de John Nickle adaptada a la pantalla por el propio director.

En ambas películas, las vicisitudes de los pequeños protagonistas se desarrollan cuando ambos se quedan en sus casas mientras sus padres salen a disfrutar de unas pequeñas vacaciones. El contraste entre ellos y sus progenitores es distintivo y si bien, los reencuentros son más que felices, es claro que la mejor diversión siempre tiene que ver con un mundo infantil alejado del adulto. Lo que no quiere decir que sea tan inocente. (A.L.)

 
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