NEUQUEN (AN)- El juicio contra Julio Fuentes y otros trece militantes por la agresión a Gerardo Hettinger se postergó hasta el próximo 26 porque cuatro de los imputados están enfermos y no pudieron asistir. Así se resolvió ayer en una audiencia preliminar que tuvo mucho de partida de ajedrez y terminó tablas: la acusación y la defensa se acusaron mutuamente de recurrir a artilugios legales para suspender el debate.

El querellante Marcelo Inaudi, que representa a Hettinger, fue el que pidió la suspensión y no descartó que en la nueva fecha fijada para el juicio "aparezcan más certificados médicos". Por eso pidió que el cuerpo forense del Poder Judicial haga un seguimiento de los imputados "para ver si se repite esta epidemia que los afectó". A su postura de suspender adhirieron el fiscal penal Rómulo Patti y el fiscal de Estado, Raúl Gaitán.

En cambio el defensor Mariano Mansilla pidió que el juicio se haga igual y que a los ausentes se los juzgue cuando estén sanos. "Hoy Fuentes está presente y Hettinger no", chicaneó, a sabiendas de que el administrador del Instituto de Seguridad Social y víctima de la agresión no puede declarar hasta que no empiece el debate.

Ivana Dal Bianco, defensora del imputado Juan Castillo, utilizó otro argumento para pedir juicio ya: "en enero esta causa cumplirá cinco años, mi asistido tiene derecho a que se resuelva de una vez su situación".

Acaso la pregunta que debe hacerse para entender lo que pasó ayer es: ¿a quién beneficia la postergación del juicio?

Hettinger fue agredido el 9 de enero del 2002 por un grupo de estatales que ingresaron hasta su oficina en el cuarto piso del edificio del ISSN. En esa época, Fuentes, Horacio Fernández, Hilda Locatti y Miguel Peralta estuvieron 14 días presos, y los demás imputados (César Sagredo, Patricia Fuentes, Rosana Zanellatto, Vanesa Ferreyra, Miguel Sánchez, Patricia Quilapán, Ricardo Pérez, Selma Quinteros, Alejandra Barragán y Juan Castillo) fueron declarados prófugos. Los acusaban, entre otros delitos, de coacción agravada, que no es excarcelable.

Después, una falta de mérito los benefició y salieron libres. Sin embargo el fiscal (por entonces, Alejandro Cabral) mantuvo la acusación de coacción agravada, y así se llegó al juicio oral de ayer.

La audiencia estaba por empezar cuando se supo de la oportuna enfermedad de Sánchez, Sagredo, Peralta y Pérez. Tres fuentes con acceso a la causa dijeron a "Río Negro" que si el juicio se hubiera hecho sin ellos, como quería Mansilla, muy probablemente habría terminado con un sobreseimiento masivo.

"Hettinger no sabe quién le pegó, y hasta dice que Fuentes no estaba presente cuando le pegaron", coincidieron. Los más comprometidos en la agresión, añadieron, "son dos de los cuatro que faltaron ayer". Serían Pérez y Peralta.

En forma oficial, Mansilla aseguró que "Inaudi no quiere hacer el juicio, prefiere mantener a Fuentes indefinidamente en esta situación". Por su parte el diputado radical y abogado de Hettinger planteó lo contrario: "el que no quiere el juicio es Fuentes, está dilatando las cosas para que prescriba".

Una fuente de la Cámara Primera dijo ayer que "queremos que el juicio se haga sí o sí". Por eso encontraron un hueco en el calendario antes de fin de año. De lo contrario tendrían que haberlo pospuesto hasta el 2007, año electoral en el que Fuentes competirá por la gobernación.