ROCA (AR).- Dos fuertes debates, sobre la realidad de los ingresos que se prevén para el año próximo y las distorsiones en las partidas para Desarrollo Social, precedieron anoche a la aprobación del Presupuesto 2007 del municipio de Roca.

El proyecto del Ejecutivo fue sancionado sin que se le cambie una coma, merced a la postura del bloque del PJ, que con el doble voto de Presidencia se impuso en todas las votaciones que quedaron empatadas en cuatro en el tratamiento en particular.

De esta manera, la comuna aguardará para el ejercicio siguiente un total de fondos disponibles de 46,6 millones de pesos, calculando las erogaciones en algo más de 39 millones.

El primer escenario de discusión se dio al momento de analizar los recursos corrientes, considerados por el bloque de la UCR como "una proyección por demás optimista".

La crítica fue encabezada por el edil Alejandro Betelú, quien comparó en principio los 6,2 millones de recaudación por tasas presupuestados para el 2006 con los 4 millones cobrados hasta el momento. Previéndose 5,6 millones por el mismo concepto para el 2007, el radical afirmó que ese artículo "no responde a una realidad concreta y por lo tanto no la vamos a acompañar".

Como respuesta, el concejal Diego Larreguy aventuró que el éxito de la gestión traerá aparejado un aumento en la recaudación y justificó además las mayores expectativas en dos hechos a definirse el año próximo: la compensación de deudas por tasas con la provincia y el aumento de la coparticipación.

A la hora de analizar el uso de los recursos, la UCR hizo foco en el área social. "Parece ser que en Roca se terminaron las necesidades", ironizó María Gloria Verani antes de detallar que la Secretaría de Desarrollo Social subejecutó casi todas las partidas asignadas para el 2006.

A continuación, cuestionó que el rubro "asistencia social" se lleve 450.000 pesos en el 2007 y los programas de contención y prevención apenas cuenten con sumas que rondan los 15.000 pesos anuales. "Es apuntar al clientelismo, algo de lo que siempre nos culpan a nosotros", aseveró.

La respuesta oficialista fue responsabilidad de Luis Mario Bartorelli. Con una repetición de argumentos expuestos en oportunidades anteriores, como las diferencias en la inversión en obras públicas o becas respecto de las dos gestiones radicales anteriores, cerró declarando que "acá no hay concertación que valga, porque este es un presupuesto peronista".

El último debate fue por los "superpoderes" que autorizan al Ejecutivo a reasignar partidas dentro de un mismo programa. La UCR pidió acotar esas facultades, pero no tuvo eco en el PJ.