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Miércoles 13 de Diciembre de 2006
 
Edicion impresa pag. 32 > Internacionales
Doble atentado reaviva la guerra religiosa en Irak
Más de 70 muertos por los ataques a zonas chiítas, que debilitan al gobierno de Nuri al Maliki
La violencia sigue desestabilizando al ya precario régimen iraquí.
La violencia sigue desestabilizando al ya precario régimen iraquí.
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BAGDAD (AFP) - Un doble atentado suicida cometido ayer en una zona de mayoría chiíta en Bagdad causó la muerte de 70 personas e hirió a otras 235, acentuando la presión sobre el gobierno, acusado de no actuar con firmeza para restablecer la seguridad.

Además, una bomba, descubierta por la policía, causó daños menores al explotar en el mausoleo chiíta de Samarra, que en febrero sufrió otro ataque considerado como el detonador de la violencia religiosa que dejó miles de muertos en el país. Otras 30 personas murieron en los episodios de violencia registrados en el país, entre ellos un cámara iraquí de AP en Mossul (norte) y cinco soldados iraquíes en un atentado suicida en el sur de Kirkuk (noreste).

Las fuerzas de seguridad encontraron 47 cuerpos en Bagdad y 13 en Baaquba.

El ejército estadounidense, por su parte, anunció ayer que cinco de sus militares murieron en Irak, en operaciones.

Frente a la ola de violencia, el presidente estadounidense, George W. Bush, mantiene conversaciones a todos los niveles antes de poner en práctica una nueva política en Irak, que probablemente anunciara en enero.

El martes recibió al vicepresidente iraquí, el sunnita Tarek Al Hachemi, ante el que reafirmó la intención de Washington de ayudar a que el gobierno del primer ministro Nuri al Maliki, "sea eficaz, esté a la altura de sus promesas y de sus ideales".

El doble atentado antichiíta de la capital tuvo lugar en la plaza Tayaran Square, un céntrico barrio de Bagdad en el que los trabajadores temporales se congregan para recibir ofertas de los empleadores. "La explosión fue enorme. Nadie quedó en pie. Yo creía que todo el mundo había muerto", relató Jaled Nasser, un trabajador chiíta que se encontraba en el lugar del atentado.

Según varios testigos, hubo una primera explosión, seguida unos instantes después de la deflagración más importante. "Hubo un incidente entre un auto BMW y un automóvil de la policía", según Nasser. "El BMW embistió el coche de la policía, los agentes dispararon y el coche estalló. La gente se refugió cerca del edificio y fue en ese momento cuando llegó una camioneta allí donde había más gente, y estalló", dijo.

Esta segunda explosión, obra de un suicida según la policía y los testigos, se oyó en toda la capital. Otras explosiones se escucharon luego en la ciudad. "Una vez más los terroristas, los takfiris (extremistas sunnitas) y sus aliados sadamistas cometieron una matanza contra muchos inocentes", lo que "muestra que estos grupos intentan crear el caos y que aumenten las divisiones religiosas", condenó el primer ministro, el chiíta Nuri al Maliki. El atentado debilita aún más a su gobierno, que ya está presionado por la violencia. El primer ministro se enfrenta a rumores de expulsión, ya que miembros de su coalición le reprochan no haber sabido poner fin a la violencia religiosa. En Bagdad continuaban las conversaciones, que comenzaron hace unos días, entre las diferentes formaciones para encontrar una nueva alianza, calificada de "moderada" y de la que quedarían excluidos los chiítas radicales del movimiento Moqtada Sader.

 
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