BUENOS AIRES (DyN).- El empresario Enrique Piana fue condenado ayer a cinco años y medio de cárcel por el fraude al Estado perpetrado mediante la exportación ficticia del oro, en los '90, pero seguirá libre si la Justicia computa en su favor los casi ocho años que estuvo preso aquí y en Estados Unidos, donde afrontó un proceso por lavado de dinero.

El Tribunal Oral en lo Penal Económico (TOPE) 1 sentenció a Piana por el delito de contrabando reiterado y le impuso una pena de 4 años y medio. No obstante, como tenía una condena previa de dos años que recibió hace un mes por malversación de caudales privados equiparados a públicos, la pena se unificó en 5 años y medio.

"Me hago responsable, soy contrabandista, pero no soy el jefe de la organización", advirtió Piana un rato antes frente a los jueces Jorge Pisarenco, Susana Pellet Lastra y Enrique Schlegel, del TOPE 1. Incluso, Piana resumió: "Estaba harto de comprar funcionarios de la Aduana; acá hubo funcionarios públicos, empresarios extranjeros y argentinos, todos corruptos, que salvajemente le robaron el dinero al Estado".

En la misma condena, Miguel Seligmann, vicepresidente de la tradicional "Casa Piana S.A", recibió tres años de prisión, pero no corre riesgo de ser detenido, mientras absolvió a los otros dos imputados: el gerente de Piana, Martín Suárez Anzorena, y el despachante de aduana Mario Grinschpun.

Por esta medida, la Administración Nacional de Aduanas (ANA), querellante en la causa, deberá pagar parte de las costas del juicio. Piana, que al cierre del debate pidió perdón por el negocio sucio del que admitió haber participado, llegó a la instancia del juicio oral en libertad. Esa condición la mantendrá por dos razones: la sentencia no está firme, ya que será apelada ante la Cámara Nacional de Casación Penal, y el TOPE 1 informará el 14 de diciembre si el tiempo que pasó el empresario en la cárcel torna innecesario el cumplimiento de la pena en prisión.

Sucede que, en la audiencia del día 14, el tribunal dará a conocer los fundamentos de la sentencia que dictó ayer y que corona el proceso penal por una maniobra desplegada entre 1993 y 1995 al amparo de resoluciones del entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, que fijaron reintegros fiscales a las exportaciones auríferas.

Tanto Piana como Seligmann fueron considerados responsables de haber dificultado o evitado en 364 oportunidades que se sometiera a control aduanero los embarques de metales preciosos que se exportaban, gracias a la política oficial.

Piana, dueño de una empresa que históricamente proveyó bastones y orfebrería de oro a los presidentes de Argentina, estuvo preso por orden de la Justicia de Nueva Jersey desde abril de 1997 hasta mayo de 2002, cuando fue extraditado a Buenos Aires tras ingresar en un programa de "arrepentidos" del sistema norteamericano.