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Jueves 07 de Diciembre de 2006
 
Edicion impresa pag. 33 > Sociedad
El fuego está descontrolado en Bariloche
Las llamas ya consumieron más de 300 hectáreas. Las condiciones climáticas son adversas.
La sequía y los vientos de las últimas horas favorecieron la expansión de los focos de incendio en la ciudad lacustre.
La sequía y los vientos de las últimas horas favorecieron la expansión de los focos de incendio en la ciudad lacustre.
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SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB)- Luego de que las llamas consumieran más de 300 hectáreas de vegetación achaparrada, bosque autóctono y especies implantadas, en tierras de las estancias Bachman y San Ramón y del barrio San Francisco IV, en la zona Este de la ciudad, unos 200 combatientes basaron su estrategia en controlar que no cruce la ruta de Circunvalación y se apostaron allí para comenzar a trabajar cuando disminuyan la temperatura y la intensidad del viento.

Los aviones hidrantes efectuaron sus descargas durante toda la jornada pese a las condiciones meteorológicas adversas, pero suspendieron las tareas de los combatientes terrestres cuando las autoridades consideraron inútil exponerlos ante un frente muy amplio que avanzaba a preocupante velocidad.

El viento procedente del noroeste, por momentos fortísimo, transportaba abundantes pavesas que anticipaban el avance del fuego, y en algunos casos lo encendían a 100 o 200 metros al caer sobre los matorrales secos. De esa manera el fuego superó los 60 metros de banquina y asfalto de la ruta de Circunvalación e inició importantes focos sobre el lado Este, que fueron sofocados por los brigadistas cuando comenzaban a avanzar en dirección al aeropuerto. Esa zona fue especialmente patrullada durante la tarde porque fue el límite que establecieron las autoridades para enfrentar el incendio.

Varias semanas sin lluvia, 20 por ciento de humedad, temperaturas de más de 20 grados y vientos de 37 kilómetros por hora en promedio se aunaron para favorecer el desarrollo del fuego, aunque los expertos coinciden al señalar que el inicio fue intencional.

Los datos fueron proporcionados ayer por la tarde por el jefe del SPLIF (Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales), Mariano Lynch, quien refirió que el combate del fuego se tornaba muy incómodo porque estaba muy disperso y llegando a la ruta de Circunvalación, y que mientras se abocaban a un frente los incendiarios iniciaban otros a varios kilómetros y en otros sectores de la ciudad.

Al respecto mencionó que mientras combatían el principal incendio debieron concurrir al Pinar de Ribelli, situado al sur de la ruta 258, cerca de los barrios Pilar I y II, y que mientras apagaban un foco advertían que se iniciaba otro a 50 o 60 metros.

En el sector Este el fuego consumió una enorme extensión de matorrales, pero también bosque nativo de maitenes, radales y cipreses, y en parte forestaciones de especies implantadas. Algunos brigadistas observaban el avance de las llamas con impotencia y sólo esperaban la llegada de una lluvia salvadora, que por el momento ni siquiera se avizora.

Nunca se pudo establecer con exactitud qué motivaciones tienen los piromaníacos para iniciar un incendio de bosques o pastizales, porque a veces lo hacen muy cerca de sus domicilios y corriendo riesgos de ser también damnificados. La versión más corriente es la que culpa a los buscadores de leña o rollizos, porque el fuego no consume totalmente los árboles, sino que los mata, y los prepara para la motosierra o el hacha depredadora del furtivo, que se pondrá en marcha antes de que se inicie el próximo invierno. Otros culpan a los dueños de las tierras, por no realizar los trabajos de silvicultura o por desmontar tierras con poco costo, pero hasta el momento sólo fueron condenados por iniciar incendios personas irresponsables, que lo hacían como un "entretenimiento".

 
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