ROCA (AR).- Una nueva jornada de juicio por la denominada "masacre del laboratorio", pasó ayer sin grandes novedades. Ninguno de los testigos comprometió al imputado David Sandoval, quien está acusado de haber participado de los crímenes de Alejandra Carbajales, Mónica García y Carmen Marcoveccio, ocurridos el 23 de mayo del 2002 en Cipolletti.

Durante la jornada de ayer declararon policías que dieron detalles sobre las primeras horas de la investigación, mientras que otros testigos mencionaron las sospechas que había en ese momento sobre Orlando "El Clavo" Sandoval, el compañero de causa de David en el primer juicio, y que fue absuelto.

Una de las testigos, cuya identidad "Río Negro" mantiene en reserva por el temor manifestado por la mujer, aseguró que estando en su casa -ubicada en la zona norte de Roca- llegó un joven que venía de parte de "El Clavo" Sandoval, para que lo "aguantara", porque "en Cipolletti se había podrido todo".

La mujer dijo que se negó a tenerlo en la casa y le dijo que se fuera. "Estaba como preponte y alterado", señaló la testigo, quien ante una pregunta del presidente del tribunal, Carlos Vila, aseguró que quien la fue a visitar no era David Sandoval.

También indicó que en un momento le vio una "mancha color salmón" en la palma de una mano, y que no se trataba de una quemadura con grasa, aceite o agua hirviendo, ya que ese tipo de marcas las conocía.

Describió al desconocido como una persona delgada, de aproximadamente 1,70 metro y que tenía puesto un buzo con capucha. "Estaba como recién afeitado y tenía el pelo corto", dijo ayer.

Otro testigo fue Román Darrieux quien dijo haber visto al "Clavo" Sandoval junto al vallado realizado en el laboratorio, y luego cuando era detenido por personal policial.

Un tercer testigo mencionó que cuando regresaba a la casa de su padre, y ya enterado de lo sucedido, un conocido -a quien identificó como "Gringo" García- le dijo que había visto pasar al "Clavo" Sandoval en bicicleta.