Sábado 02 de Diciembre de 2006 Edicion impresa pag. 33 > Sociedad
El chico murió de un paro cardiorrespiratorio
Según la autopsia, se descompensó por una mezcla de factores. El dueño del complejo deslinda sus responsabilidades.

CENTENARIO (ACE).- El adolescente que murió el jueves en la pileta de un centro recreativo de Centenario durante un campamento de fin de curso, no se ahogó sino que ya había fallecido cuando llegó al fondo del agua víctima de un paro cardíaco.

Así lo reveló ayer el informe forense que recibió el juez a cargo de la causa, Cristian Piana, según comunicó el departamento de prensa del Poder Judicial.

En tanto el dueño del complejo, Norman Fernández, dijo que los docentes sabían que allí no había guardavidas y la municipalidad admitió que no los exige.

Según la justicia, Pablo Maidana (15 años), fue víctima de un paro cardiorrespiratorio y no murió ahogado. La prueba es que no se halló agua en sus pulmones.

Cuando sus compañeros lo encontraron en el fondo de la pileta y avisaron a los docentes, ya había fallecido, se especificó.

Según el informe del forense, el alumno había comido en exceso en un día de calor y el agua de la pileta estaba muy fría.

Esta combinación de factores le habría provocado una descompensación que lo llevó al paro y a una muerte instantánea, se indicó.

El informe judicial describió también que el cuerpo no tenía golpes internos ni externos. Ayer al mediodía fue entregado a sus familiares.

El joven disfrutaba con sus compañeros de séptimo grado de la escuela 115 de San Lorenzo de un campamento de tres días como viaje de fin de curso.

Despedían el año en el centro recreativo "El Rocío", ubicado en la zona de chacras de Centenario; un lugar que en baja temporada, no tiene guardavidas.

Según lo reconoció el secretario de Gobierno de Centenario, Claudio Machado, la municipalidad no le exige a los centros recreativos con piletas o acceso al río, que tengan personal especializado en salvataje.

Con el grupo de unos 40 alumnos iban seis docentes, y sus padres aseguraron que habían informado a los coordinadores que Pablo no sabía nadar.

Los dueños del centro recreativo aseguraron ayer que cuando contrataron el lugar, los responsables del grupo conocían que en la pileta de dimensiones preolímpicas, no había guardavidas.

Según especificó Norman Fernández, responsable del complejo, los coordinadores escolares conocían que el cuidado de los niños en la pileta sería de su exclusiva responsabilidad.

Fernández indicó que los docentes le aseguraron que irían con dos profesores de educación física que tenían entrenamiento adecuado, en tanto detalló que al momento del incidente, al borde de la pileta había tres profesores.

Tras la dramática situación del jueves, el grupo escolar de la escuela de San Lorenzo y otro de una primaria de Centenario se retiraron del lugar.

Visiblemente conmocionados por la situación, los responsables del complejo se mostraron abiertos a dar las explicaciones solicitadas en tanto el lugar permaneció ayer cerrado "por respeto a lo que pasó, porque estamos todos impactados, pero no porque esté clausurado", aclaró Fernández.

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