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Sábado 02 de Diciembre de 2006
 
Edicion impresa pag. 36 > Sociedad
Alcalde le devolvió el sol a una villa italiana
Después de 800 años de vivir a la sombra instalaron un gran espejo
Viganella ya recibe los rayos del sol a través de un gigantesco espejo.
Viganella ya recibe los rayos del sol a través de un gigantesco espejo.
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VIGANELLA (Italia)- Viganella era un pueblo pequeño y adorable con un nombre que sonaba hermoso. Fundado por un obispo en 1217, se encontraba en un valle alpino, no muy lejos de la frontera suiza, pegado a un peñasco rodeado por dos corrientes de agua fresca de montaña.

Tenía una pequeña iglesia, una torre medieval, una plaza bonita y 197 habitantes.

Pero Viganella tenía un gran problema. Cada año, el 11 de noviembre, el sol desaparecía detrás de una montaña de 1.600 metros de alto hacia el sur, dejando al pueblo en una oscuridad casi total durante 84 días seguidos. Las flores morían, las temperaturas se desplomaban y la ropa tendida no se secaba más.

El pueblo de Viganella temía la llegada del invierno. Les daba sueño y tristeza, lo que en términos médicos se conoce como desorden afectivo emocional, una condición por la cual la falta de sol reduce la producción de melatonina, una hormona natural en las personas, lo cual las deprime. Pero a las personas de Viganella no les importó lo que decían los médicos.

Los jóvenes y valientes simplemente abandonaron el pueblo, dejando atrás a los más viejos. Cada vez nacían menos niños hasta que Viganella se enfrentó a la amenaza de la extinción.

Un día, de todas formas, uno de sus jóvenes más valientes decidió que ya era suficiente. Su nombre era Pierfranco Midali, y era un ferroviario. En lugar de saltar a un tren y buscar el sol en otra parte, Midali logró ser elegido alcalde y tuvo una idea brillante: "¡Les traeré el sol a Viganella!", exclamó.

La mayoría de los pueblerinos se encogieron de hombros, y otros pensaron que estaba loco. "¿De veras? ¿Y cómo pretendes devolver el sol a Viganella?", le preguntaron. "Montaré enormes espejos en la montaña al norte y reflejaré los rayos del sol sobre nuestro pueblo", les dijo. Durante siete largos años, Midali trabajó y trabajó en su "brillante idea" y viajó alrededor del país, implorando a las autoridades locales y a los financistas privados para que le dieran los 99.990 euros (131.930 dólares) que necesitaba para llevarla a la práctica. Mientras su idea comenzaba a tomar forma, las personas de otras partes del mundo comenzaron a interesarse.

Periodistas de lugares tan lejanos como Japón y Argentina llegaron a Viganella y alcaldes de otros pueblos con problemas similares en Austria, Suiza y Canadá llamaron para enterarse de los detalles.

Finalmente, en una fría mañana de fines de noviembre, un helicóptero apareció de repente en el horizonte llevando un gran espejo de ocho metros de ancho y cinco metros de alto. Los trabajadores también instalaron una poderosa computadora "altazimuth" para hacer rotar al espejo y que capture los rayos de sol y los transmita a la plaza del pueblo por hasta más de ocho horas al día.

Y así fue como lo que en un principio parecía una idea alocada se convirtió en una brillante realidad. Los habitantes del pueblo comenzaron a sonreír y prepararon una gran fiesta de inauguración, prevista para el 17 de diciembre, para celebrar la llegada del primer sol de invierno en los casi 800 años de existencia del pueblo. (DPA)

 
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Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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