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Sábado 02 de Diciembre de 2006
 
Edicion impresa pag. 24 y 25 >
La creación
Contra lo que sostienen sobre nuestros orígenes, el gran muftí de Turquía Alí Bardakoglu, el gran rabino de Jerusalén Yona Metzger, el ayatollah Alí Khamenei, el papa Ratzinger, el patriarca ortodoxo Bartolomeo I, toda la enorme legión de seguidores de Martín Lutero y el presidente de los Estados Unidos de América George W. Bush, un joven científico argentino, Matías Zaldarriaga, "intenta descifrar el tenue suspiro que llega del Big Bang para armar el rompecabezas de los primeros instantes del cosmos".

La cita es de una nota firmada por Nora Bär en el diario "La Nación" del martes pasado. Zaldarriaga tiene 35 años y se formó en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Buenos Aires, cuyo nivel académico y científico sobresale en el continente a pesar de todo cuanto hicieron las dictaduras militares por destruirla.

La nota se debe a que el compatriota, que es profesor en Harvard y tiene un doctorado del Instituto Tecnológico de Massachussets, el MIT, fue distinguido con un subsidio de 500.000 dólares por la fundación Mac Arthur. Es la llamada "beca de los genios", que se concede a 25 artistas y científicos cada año.

En el comunicado publicado por la fundación para informar sobre la premiación de Zaldarriaga se dice que "recientemente él y sus colegas postularon que el período posterior al Big Bang, pero anterior a la aparición de las primeras estrellas, puede ser observado indirectamente examinando las variaciones de la radiación cósmica de fondo".

Zaldarriaga se propone, dice Bär, "nada menos que entender el nacimiento del universo". Y el científico explica: "Casi todo lo que hago tiene que ver con momentos de la historia cósmica que de alguna manera creemos que podríamos observar, o de los cuales quedó algo que podemos medir".

Ahora prepárense, porque lo que sigue en la nota no es para cualquiera. "Uno de los temas principales del investigador es la radiación cósmica de fondo, un residuo del universo primigenio considerado la principal evidencia del modelo del Big Bang y descubierto por azar en 1964. El "residuo" data de la época en que el cosmos tenía unos 400.000 años.

¿De qué se ocupa Zaldarriaga en éstos, los mismos días en que el Papa visita Estambul? El lo explica así: "Los elementos tienen distintas transiciones. Si uno ve la luz producida por un elemento determinado, se puede dar cuenta de que es de ése y no de otro. Y el hidrógeno, que es el más abundante del universo, tiene una transición que corresponde a una longitud de onda de 21 centímetros".

Como todos los científicos, el nuestro es un optimista y por eso cree que sus explicaciones están al alcance de cualquier lector de diarios. No es el caso del autor de esta nota, pero como no hay que descartar la posibilidad de que alguien, entre los lectores de "Río Negro", entienda del asunto, seguimos con Zaldarriaga y los 21 centímetros. "Lo que creemos es que se va a poder usar esa transición de 21 centímetros para ver el momento en que se formaron las primeras estrellas. Ahora no sabemos muy bien cuándo fue, porque el cosmos en sus comienzos era homogéneo. Por ejemplo, cuando miramos la radiación cósmica de fondo, 400.000 años después del Big Bang, con el paso del tiempo y por la acción de la gravedad se fueron formando estructuras cada vez más grandes y llegó un momento en que se formaron las primeras estrellas, pero no sabemos cuándo pasó y creemos que si pudiéramos ver ese hidrógeno a través de su línea de 21 centímetros podríamos por primera vez estudiar ese momento y saber cómo estaban distribuidas y si esa distribución fue al azar o no. En principio, creemos que fue 500 millones de años después del Big Bang". Como si hablara de la edad de su hija recién nacida, dice que la edad del universo es de 13.600 millones de años.

A la pregunta sobre si algún día podremos saber qué ocurrió en el primer instante del universo, Zaldarriaga contesta expresando su esperanza de que "En los próximos años sepamos bastante más sobre ese primer momento". Pero cree que, como siempre pasa con los descubrimientos, después surgirán otras preguntas. Y ejemplifica: "Ahora hay quienes piensan que el universo es muchísimo más grande y que podría haber muchos universos. El nuestro sería como una burbuja que se creó dentro de algo muchísimo mayor. Entonces, si eso fuera cierto, querremos aprender sobre eso otro más grande".

A Galileo le fue bastante mal cuando defendió la en su tiempo peregrina idea de que nuestro modesto planeta giraba alrededor del Sol. Mucho peor es vernos ahora como una burbuja. Pero, afortunadamente, la Inquisición ha renunciado a las prácticas que usó en el pasado para corregir a las almas desviadas.

Por lo demás, no es la que acabamos de comentar la única literatura a la que se puede acceder para saber del nacimiento de esta tan maltratada como bella masa redonda que nos alberga. Hay un libro, de mucho mayor divulgación y harto comprensible, que acerca del tema y prescindiendo de los 21 centímetros comienza diciendo: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra". Hay que ponerle un poco de fe, y ya.

 

JORGE GADANO

tgadano@yahoo.com.ar

 

 
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