LA HABANA (AFP) - El presidente provisional de Cuba, Raúl Castro, invitó a Estados Unidos a resolver el diferendo que mantienen, pero lanzó duras críticas contra el principal enemigo de la isla desde hace medio siglo, durante un imponente desfile militar este sábado en La Habana en honor a su hermano.
"Sirva la oportunidad para nuevamente declarar nuestra disposición de resolver en la mesa de negociaciones el prolongado diferendo entre Estados Unidos y Cuba", manifestó Raúl, en la Plaza de la Revolución, ante toda la primera plana de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y el Partido Comunista de Cuba (PCC). "Siempre que acepten nuestra condición de país que no tolera sombras a su independencia y sobre la base de principios de igualdad, reciprocidad, no injerencia y respeto mutuo", advirtió Raúl, a quien su hermano cedió temporalmente el poder el 31 de julio tras someterse a una cirugía intestinal.
Raúl ya se había manifestado abierto al diálogo con Estados Unidos en una entrevista con el diario Granma el 18 de agosto, cuando sugirió la posibilidad de normalizar relaciones en "igualdad", a lo que Washington respondió tildándolo de "Fidel light". Pero esta es la primera vez que Raúl Castro lo hace públicamente, al frente de las tropas y la plana mayor de la isla, con un elemento concreto, una "mesa de negociaciones".
"Después de casi medio siglo, estamos dispuestos a esperar pacientemente el momento en que se imponga el sentido común en los círculos del poder en Washington", señaló Raúl Castro. Entre tanques y cañones exhibidos en la emblemática Plaza, el jefe de las FAR aseguró que la guerra en Irak demostró el fracaso "de las políticas aventureras de la actual administración norteamericana". Según el presidente provisional de Cuba, ese fracaso se vio reflejado en la derrota del partido republicano de Bush en las elecciones del 7 de noviembre. Ese día, los estadounidenses rechazaron "el uso de la mentira para justificar intervenciones militares".
Ahora Estados Unidos se encuentra ante "una encrucijada sin salida" en su cruzada contra el terrorismo a nivel mundial y se "encamina a una derrota humillante", dijo. "Por una parte comprende que no puede prolongar la ocupación del país y al propio tiempo, admite que no tiene creadas las condiciones mínimas para abandonarlo dejando sus intereses asegurados, a la vez que crece indetenible la cifra de muertos", describió Raúl, que aseguró la continuidad del régimen comunista. "Es pertinente ratificar la unidad monolítica de pueblo, Ejército y partido, esa unidad que echó raíces muy profundas a lo largo de los años transcurridos desde el triunfo revolucionario", aseveró.
En ningún momento durante la ceremonia de dos horas, Raúl transmitió mensaje alguno de Fidel ni lo excusó por ausentarse en su propio homenaje. Líder del último gobierno comunista en occidente, Fidel Castro convalece desde hace cuatro meses de una cirugía intestinal a la que fue sometido el 27 de julio, que lo forzó a delegar el poder por primera vez en 48 años. En una semana de homenajes a Castro que concluyó este sábado, varios amigos y líderes latinoamericanos aprovecharon a subirse al tren de la lucha "frente al imperio". Durante las celebraciones a la vida y revolución de Castro, Estados Unidos se declaró convencido de que los cubanos desean "un cambio democrático" en la isla.
