LONDRES (DPA) - Ningún estadio del mundo sería lo suficientemente grande. Si las estrellas del pop se reúnen el próximo verano (boreal) con motivo del décimo aniversario de la muerte de la princesa Diana y acuden también sus hijos Guillermo y Harry, entonces incluso el modernizado Wembley con sus 90.000 plazas se quedará pequeño.
Durante mucho tiempo se rumoreó que la familia real quería marcar el aniversario de esta forma tan grande. Ahora parece que se ponen por fin las bases para un gran evento transmitido por las cámaras a todo el mundo.
Y como ya hizo antes, Elton John podría hacer llorar al público con su canción "Candle in the Wind", dedicada a Marilyn Monroe y adaptada a Diana.
El 6 de septiembre de 1997 cantó el tema compuesto en 1973 en el funeral de la princesa, que en esta variante comienza con la frase "Goodbye England's Rose" ("Adiós a la rosa de Inglaterra").
Pero esto no será todo. Guillermo, de 24 años, y Harry, de 22, quieren que también toquen Madonna, Beyoncé y Kylie Minogue, además de George Michael, la banda de rock The Killers y el rapero Pharrell, según ha publicado estos días la prensa británica.
El dinero que se recaude irá a parar a una organización de ayuda a los sin techo, de manera muy acorde a las obras de beneficencia de la propia Diana.
Por qué se dan a conocer los planes ahora, más de seis meses antes del aniversario está muy claro para el corresponsal de la BBC en la corte: "Los príncipes quieren tener el control total de la forma en que se trata el décimo aniversario de la princesa Diana".
La cuestión no pudo haber sido organizada mejor, pues la corte no ha confirmado oficialmente nada. El programa exacto se anunciará "en torno al 12 de diciembre".
De este modo, se analiza primero la reacción de la opinión pública al megaconcierto y si hace falta se pueden modificar cosas. Sobre todo un objetivo parece cumplido: todos los que pretendían apropiarse del décimo aniversario de la muerte de Diana el 31 de agosto de 2007 han perdido ya la iniciativa.
La lista de los que se apuntan a la "marca Diana" es larga, desde antiguos sirvientes que esperan recaudar dinero con nuevos libros de memorias hasta el egipcio Mohammed Al Fayed, dueño del centro comercial Harrods y que seguramente querrá recordar el aniversario, en vista de que ese mismo día murió su hijo, Dodi Al Fayed, quien tenía una relación sentimental con la princesa.
Desde hace años el multimillonario no deja de aprovechar ni una sola ocasión para decir que lo que ocurrió esa noche en París no fue un accidente, sino el resultado de un complot de los servicios secretos para matar a Diana y a Dodi.
El responsable es según su versión nada menos que el abuelo de Guillermo y Harry, el príncipe Felipe. El motivo: la ex esposa del príncipe heredero Carlos estaba embarazada de Dodi, un musulmán. Ni para ésta ni para ninguna de las otras teorías conspirativas hay pruebas.
Pero a pesar de ello para muchos sigue siendo sospechoso que las investigaciones de la comisión estatal especial británica se demoren tanto. No se espera que se den a conocer los resultados hasta principios de 2007.
Entretanto, Al Fayed ha ampliado hace tiempo una parte de su centro comercial londinense para crear un mausoleo dedicado a Diana y Dodi. Cada día pasan por allí miles de visitantes y seguramente para el décimo aniversario el lugar se convertirá en un sitio de peregrinación. No se sabe qué más tiene previsto el empresario, pero una cosa es segura: no podrá ser algo de la envergadura del acto del estadio de Wembley.