ESTAMBUL.- El Papa llegó ayer a Estambul, la escala más delicada de su visita a Turquía, para fomentar el acercamiento con los ortodoxos, tras oficiar su primera misa en tierras musulmanas.
A su llegada al aeropuerto de Estambul, Benedicto XVI fue recibido por su anfitrión Bartolomeo I, patriarca ecuménico de Constantinopla y autoridad suprema de las Iglesias griegas ortodoxas, así como por el patriarca armenio Mesrob II.
Los diversos actos previstos en este viaje con los ortodoxos responden, en gran medida, a la voluntad del Sumo Pontífice de reconciliar durante su pontificado a dos iglesias separadas desde el cisma de 1054. Como consecuencia, los encuentros que mantendrá con Bartolomeo I, incluida la firma de una declaración conjunta hoy, están dirigidos a, por lo menos, dar un paso hacia adelante en el diálogo, que pasó por múltiples vicisitudes en las últimas décadas.
"Debemos tomar en consideración las etapas recorridas, así como los errores cometidos en el camino" para alcanzar la reconciliación, declaró Bartolomeo I, en un acto de oración que celebró con el Papa en la iglesia patriarcal de San Jorge.
El Papa destacó que este primer encuentro con Bartolomeo I de su viaje a Turquía, que concluye mañana, estuvo cargado de buena voluntad y encierra un gran significado.
Protegido por un imponente dispositivo de seguridad de más de 12.000 miembros, entre policías, artificieros, francotiradores e incluso perros rastreadores, que aumentó el caos en el tráfico estambulita, el Papa inicia en Estambul una de las etapas más complicadas de su visita.
Tras la polémica desatada a raíz de sus comentarios sobre la relación del islam y la violencia en septiembre, mitigada en parte el martes por el talante apaciguador de sus intervenciones y las de las autoridades turcas, el cabeza de la Iglesia Católica acudirá hoy al museo de Santa Sofía, una ex basílica bizantina que también fue mezquita. Esta visita, seguida de otra a la Mezquita Azul, genera incertidumbre en torno a sus consecuencias, pues tanto puede unir lazos con el Islam como ser fuente de nuevas tensiones.
Mientras el Papa resaltaba en Turquía la importancia de la hermandad, el autoproclamado "estado islámico en Irak", dominado por la célula iraquí de la red terrorista Al Qaeda, difundía en internet un mensaje que, sin amenazar directamente al Santo Padre, consideraba que la visita papal se inscribe dentro de "la campaña de los cruzados contra el islam". "No hay preocupación ni por parte del Papa ni de su entorno sobre este tipo de mensajes" que confirman una vez más que "el diálogo entre las religiones es importante para afirmar de la forma más explícita posible que ninguna religión debe usar la violencia en el nombre de Dios", declaró en Estambul el portavoz del Vaticano Federico Lombardi.
Horas antes el Sumo Pontífice hizo un llamamiento a la paz en Oriente Medio durante su primera misa en tierras musulmanas que ofició en la Casa de la Virgen María de Efeso (oeste). En un día soleado, varias decenas de los 500 peregrinos que se encontraban en el lugar recibieron al Sumo Pontífice agitando banderas o hojas de palma. "¡Paz para toda la humanidad!", exclamó el Papa, de 79 años, quien añadió que la Iglesia está llamada a ser no sólo el heraldo profético, sino incluso más, un 'signo y el instrumento' de esta paz".