NUEVA YORK.- El alcalde de Nueva York se reunió ayer con los representantes del distrito de Queens para intentar aplacar la cólera originada por la muerte el sábado de un joven negro tras ser baleado por la policía.

"Me parece inaceptable o inexplicable que cincuenta balas puedan ser disparadas", declaró el alcalde Michael Bloomberg a la prensa al final de la reunión. "Pero será la investigación la que deba mostrar lo que realmente pasó", añadió, prometiendo que ésta sería conducida "de manera completa y diligente".

Sean Bell, un joven de 23 años, murió el sábado, día de su matrimonio, a la salida de una discoteca vigilada por la policía. Unos 50 disparos fueron realizados por cinco policías vestidos de civil, hiriendo también a dos amigos del novio. Las razones de los disparos no son claras. Según la prensa local, un policía habría disparado primero, incitando a sus colegas a hacer lo mismo por efecto de "contagio".

El policía habría creído que los jóvenes iban armados, pero las primeras indagaciones mostraron que las víctimas no llevaban armas.

El asesinato fue motivo de una demostración el domingo de vecinos de Queens, enfurecidos por lo que ven como una repetición de la muerte del inmigrante africano Amadou Diallo en el barrio neoyorquino del Bronx en 1999, quien recibió 41 disparos de policías que pensaron que iba a sacar una arma y no su billetera. "¿Cuántos disparos?", preguntó el famoso clérigo de la comunidad negra Al Sharpton a la multitud en la demostración. "Cincuenta", gritó la concurrencia.

El miembro del consejo de la ciudad de Nueva York, Charles Barron, dijo que exigirá una investigación, pero pidió a los líderes de la comunidad que prevalezca la calma.

El alcalde aseguró que no hay razón para creer que las víctimas estuvieran involucradas en algún crimen, ni que hubo una motivación racial para el ataque. (DPA/AFP)