NEUQUEN (AN).- Sus cuerpecitos están hechos de peluche de colores; son animalitos de las más variadas especies con cuerpo y alma de tela, pero tienen mucha magia cuando las manos de su creadora y mamá les entrega el movimiento y la palabra.

Son los títeres de María Angélica, una artesana neuquina, que el 11 de septiembre se subió junto a su pareja Gino Romero, su mascota Pakito y sus muñecos a una camioneta Rastrojera amarilla, modelo 79, para recorrer poco más de siete mil kilómetros de tierras patagónicas. El objetivo de esta aventura fue simplemente llevar sus funciones y las historias de esos títeres a cuanta ciudad y pueblo quisiera recibirlos.

El viaje comenzó por la ruta 3 bordeando la costa del Atlántico sur y continuó por la ruta 40, mirando el Pacífico. Así desembarcaron el teatrillo en más de 30 localidades, entre ellas, San Julián, Comandante Luis Piedrabuena, Río Gallegos, Trevelín, Los Antiguos, Calafate y Esquel.

"Hace más de veinte años que me dedico a armar títeres y dar funciones en la pérgola de la avenida Argentina. Este año pensamos que estábamos listos para llevar nuestro arte, nuestra historia y nuestro mensaje hacia otros lugares. Lo preparamos durante un año y luego salimos de gira", comentó María Angélica. Sus títeres dieron funciones en escuelas primarias y secundarias, hospitales de niños, centros comunitarios, iglesias y cárceles.

Para la titiritera, los "títeres no tienen edad. Ellos tienen el poder de entretener, enseñar y arrancar una sonrisa a niños y abuelos. Porque para la ternura y la magia no se conocen edades", aseguró.

El espectáculo se compone de una sucesión de historias cortas, todas con animales de peluche como personajes centrales. Pero la cosa no termina allí, la estrella del show es Pakito, la mascota de María Angélica, un maltés de seis años que ataviado de trajes coloridos, realiza piruetas y acompaña a los títeres cual perfecto actor.

"Pakito es parte del espectáculo, es el complemento ideal para la selva de animalitos, y lo incorporamos cuando pensamos que queríamos hacer algo totalmente diferente a cualquier función de títeres", aclaró María Angélica.

Más allá de la simpática fauna, la buena música y la intervención de Pakito, los títeres de María Angélica se centran en el mensaje que quieren transmitir. Para ellos

y para su creadora lo más importante es "que desde la alegría, la sorpresa, la fascinación y la inocencia, los chicos y los grandes se queden con una enseñanza de vida. Que aprendan cosas simples como el amor a los animales, a otras personas y a la naturaleza", continuó la titiritera.

Un títere es un muñeco que toma forma a partir de un paño recortado, de eso no hay duda. Pero hay quienes pueden rellenar ese paño con un corazón, un alma, una voz y en ese acto mismo de creación, el títeres deja de ser un muñeco para transformarse en un ser vivo, mágico.

"Cuando uno pone la mano dentro de un títeres, lo que está haciendo es ponerle huesitos a ese cuerpo de tela. Y cuando uno empieza a imaginar que es un perro, un conejo o una jirafa, ese muñeco toma vida desde nuestra mano. Así de simple".