Lunes 27 de Noviembre de 2006 Edicion impresa pag. 60 > Cultura y Espectaculos
La poesía construye inestabilidades
Artista, fotógrafa, poeta. La roquense Silvia Castro busca de manera incesante un universo que tiene el paisaje patagónico. Reconoce influjos que constituyen un verdadero canon lite

NEUQUEN (AN).- Esta mujer, nacida en General Roca en 1968 y que reside en Buenos Aires, describió su propia Patagonia: "La selva fría". Esa colección de poemas de Silvia Castro, representa un centro cruzado por realidades diferentes, coincidentes, siempre nuevas. Castro se desprende del uso del paisaje patagónico como recurso turístico a duras penas sustentable o sostenible y propone un itinerario en cuatro etapas signadas cada una por un elemento, animal, vegetal o mecánico, del paisaje patagónico.

Así, transita por el pehuén de la cordillera, se hermana con el castor fueguino -trasplantado-, conoce las cigüeñas petroleras y se interna en una selva fría cuyos bambúes confunden a Linneo en su intento clasificatorio.

Silvia Castro enumera sus fuentes y apenas concluye: pasa de Baruch Spinoza a Jacques Derrida; no olvida al infaltable Jorge Luis Borges y cita varios más: Emanuel Levinas; Maurice Blanchot, Gilles Deleuze. Tampoco reniega de los antiguos -Catulo, Ovidio, Dante- ni de los modernos Ezra Pound, Marosa di Giorgio, Antonio Gamoneda-. El canon de Silvia Castro puede ser interminable.

Lo cierto es que presentó su libro, "La selva fría", publicado por Ediciones en Danza, un tiempo atrás en General Roca y en esta capital. La poesía, en Silvia Castro, es una arista de su arte: es también fotógrafa

Actualmente trabaja en un libro sobre la fotografía, que todavía no tiene título definido. "La búsqueda es en la dialéctica que se opera entre el ver, el leer y la unión de ambos", explicó: "¿qué es ver, qué es leer?, ¿qué es la fotografía, qué es la escritura?, ¿en qué consiste su unión?".

También trabaja en un libro de fotos sobre Copahue mientras prepara una muestra, también fotográfica, en colaboración con el artista Alberto Muñoz -que aporta un tema musical- y prepara un espectáculo de danza con textos de "La selva fría".

En paralelo, con el músico Roberto Parra -guitarrista que acompañó las presentaciones locales- proyecta la grabación de un álbum con textos suyos, algunos del libro presentado.

Se refirió al encuentro de recursos que realiza el poeta "para definir, dar cuenta del objeto". Ese proceso produce "una chispa que genera certeza y confusión; lo poético se escurre, es una capa, una lámina".

Y recordó que en los monasterios medievales, para aprovechar el papiro "se escribía sobre lo ya escrito, capa sobre capa, sin destruir la anterior, pero tapándola. Existen, (como en la fotografía analógica, no así en la digital) dos formas de recuperar las capas invisibles, una es la química, permite ver la capa siguiente en su unidad, pero anula la anterior. La otra forma es física, óptica, hace foco en lo que está debajo, y no altera la superficie. El juego de las lentes que permite percibir dos capas simultáneamente, orientando los focos y consiguiendo encuentros de elementos de distintas capas, no para mostrar en su totalidad las superficies superpuestas, sino para generar encuentros, chispas entre las partes de cada uno de los todos entre sí y con las que están por encima y por debajo".

Para Castro, "lo cotidiano está minado de lógica irracional. En poesía se trata de construir inestabilidades. O estabilidades parciales en un universo conflictivo y mutable. Es un tránsito, un devenir. Sin movimiento no hay estabilidad, porque no hay continuidad. El mapa de la sucesión de equilibrios es víctima de permanentes desenfoques, evanescencias, encriptaciones, diseminaciones, pero es, de todos modos, legible cuando la experiencia lectora es empática con esa línea textual. Pero siempre sucede en términos de porcentajes, de recuperación, como en la óptica, y como en el amor".

Actualmente es docente en una escuela de Barracas y trabaja como bibliotecaria en otro establecimiento de La Boca, ambos en la ciudad de Buenos Aires. Desde 2001 coordina el ciclo de lectura "Mate Cocido Literario", en el Bar El Estaño de La Boca, en el que se difunden producciones literarias infantiles. Como docente, editó: "Léale sus derechos" (2000), sobre los derechos del lector"; la fotonovela "Romeo y Julieta: Amor en Lezama" (2001), una relectura de Shakespeare y el disco poemas y "Canciones de Federico García Lorca" (2002). En fotografía editó "Anagramas"; "Pehuén. Sin párpados" -1 y 2- y "La soga de la ropa", entre otros títulos.

 

GERARDO BURTON

gburton@rionegro.com.ar

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