CIPOLLETTI (AC).- "Los cambios en el mundo del trabajo son tan vertiginosos que los jóvenes ya no deben pensar más en un oficio a largo plazo. Van a tener que aprender a construirse en el aquí y el ahora", aseguró la especialista francesa en orientación Bernardette Dumorá. Y adelantó que esta realidad se evidencia en todo el mundo por lo que "a partir de ahora habrá que considerar el problema de de manera radicalmente diferente".

Incluso ya no se habla de orientación vocacional o profesional sino de "formación de intenciones para el futuro". Desde esta perspectiva la orientación incluye no sólo a los jóvenes que tienen intención de iniciar una carrera universitaria, sino también a quienes a lo largo de su escolaridad van abandonando la escuela o deciden no continuar estudios superiores.

Dumorá estuvo en la región brindando una conferencia en la Facultad de Ciencias de la Educación. El tema central fueron los desafíos en la orientación de los adolescentes y jóvenes en los comienzos del siglo XXI.

La investigadora consideró que la orientación debe estar centrada en ayudar a los adolescentes a captar las oportunidades que se les presentan. Por este motivo desestimó la centralidad de los test vocacionales y aseguró que las elecciones deben formar parte de un proceso mucho más largo que "requiere mirarse a uno mismo tomando distancia respecto de sí".

En esta misma línea aseguró que los test "diluyen la responsabilidad de la decisión" porque "se muestran como una herramienta mágica" que deja de lado los aspectos esenciales de la construcción de la personalidad.

Como para encarar el problema desde esta perspectiva es necesario contar con información sólida sobre los empleos, las exigencias de los estudios, las oportunidades presentes y las necesidades personales, abogó para que los docentes -en la educación media- informen a sus alumnos sobre estos aspectos.

Profesora de Psicología de la Orientación y de la Adolescencia en la universidad de Bordeaux e investigadora del Instituto Nacional de la Orientación profesional en París, Dumorá aseguró que "ya no se considera al joven como algo terminado, sino como una persona que va transformándose y cambiando a lo largo de toda la vida".

La orientación de los jóvenes -según la especialista- es un problema de alcance mundial y está básicamente relacionada con los cambios "vertiginosos" en el mundo del trabajo. En el siglo XXI, los adolescentes "van a tener vidas y trayectorias, van a zapear por distintos puestos y lugares. Van a tener que captar las oportunidades laborales. Es un gran cambio que los adultos no conocieron y que recién ahora están captando".

Es en esta realidad en la que los jóvenes deben insertarse y "no tienen todas las herramientas intelectuales para hacerlo". Es necesario que profesionales capacitados los ayuden "porque es un trabajo largo y difícil" en un momento crítico de la vida donde se produce una transición en el desarrollo del individuo.