NEUQUEN (AN).- En el interior de la camioneta de Julio Venegas hay huellas dactilares de Jorge Jorajuria, el principal sospechoso de matarlo a balazos. En las próximas horas se sabrá si también hay rastros del otro imputado, Andrés Bo.
El resultado de las pericias papiloscópicas compromete todavía más la situación de Jorajuria, quien la semana pasada había expresado su intención de declarar ante el juez pero luego se arrepintió.
Las fuentes indicaron que hay muchas huellas digitales en el interior del vehículo. Algunas corresponden a la víctima, otras al sospechoso. Se esperan otros resultados que indicarán si también Andrés Bo estuvo en el interior del vehículo.
De todos modos tendrá otra oportunidad: mañana o a más tardar el viernes, el juez de la causa Juan José Gago citará a ampliar su declaración indagatoria a los dos detenidos.
Según explicaron fuentes judiciales, cuando el juez convocó a ambos imputados para que hicieran su descargo, el pasado sábado 11, el cuerpo de Venegas todavía no había sido hallado y ni siquiera estaba confirmada su muerte violenta.
Desde aquella primera citación del juez se produjeron novedades sustanciales en el expediente: el detenido Bo se quebró, orientó la investigación, ayudó a encontrar el cuerpo y descargó toda la responsabilidad sobre Jorajuria.
Además, las pericias demostraron que Venegas fue asesinado a balazos cuando estaba en el asiento del conductor de su camioneta Volkswagen Caddy por alguien que le disparó desde el asiento del acompañante, y luego su cuerpo fue cargado en la caja.
Ahora aparece otro elemento de peso: las huellas dactilares de Jorajuria están en el interior del vehículo del comerciante asesinado.
Ya se sabe que la camioneta apareció en El Bolsón, a metros de la vivienda que ocupaba Jorajuria, oculta en un bosque tapada con un toldo, ramas y hojas, y le habían camuflado parte de la carrocería.
Por otra parte, el sospechoso mantenía vínculos comerciales con Venegas, con quien además lo unía una amistad de veinte años. Durante los 40 días que el comerciante neuquino permaneció desaparecido llamó varias veces por teléfono a su pareja, Mariela Pecoraro, para preguntarle si había avances en la investigación.
Además en su casa había varias armas de fuego, entre ellas un revólver calibre 38. De ese calibre son los plomos rescatados del cadáver de Venegas durante la autopsia.
Al haber aparecido nuevos elementos que comprometen a los detenidos, el juez debe citarlos a declarar para que puedan formular su descargo. Recién después de escucharlos resolverá su situación procesal, es decir, definirá si les dicta prisión preventiva o los deja en libertad.
Jorajuria y Bo no están obligados a declarar, pueden mantener silencio, pero hay expectativa respecto del descargo que podría formular en principal sospechoso teniendo en cuenta que muchas pruebas lo compro