LOS ANGELES -NUEVA YORK, (AFP/Télam/DPA/ AR).- El cinismo para retratar a la sociedad estadounidense de Robert Altman, quien falleció el lunes a los 81 años, fue la impronta del director que este año se despidió con un Oscar honorífico y una película nostálgica en cartelera tras 55 años de una carrera intensa.

"Bob murió anoche (lunes)", indicó un portavoz de su productora Sandcastle 5 sin dar más detalles de la muerte del cineasta, que según la cadena CNN falleció en un hospital de Los Angeles. Por el momento se desconocen las causas de su muerte.

En el cine estuvo siempre en todos los frentes: fue director, productor y guionista y desde 1970 fue nominado cinco veces al Oscar por la Academia que nunca lo consideró ganador hasta que este año le dio la estatuilla por su trayectoria.

Altman había empezado el 2006 en plena actividad creativa, promocionando su última cinta "A Prairie Home Companion", aclamada en el Festival Internacional de Cine de Berlín en febrero pasado, cuando la crítica afirmó que el prolífico director ya había empezado a interrogarse sobre la muerte.

En sus 55 años de trayectoria, la Academia de las Ciencias y las Artes Cinematográficas lo nominó cinco veces como Mejor Director por "M.A.S.H" (1970), "Nashville" (1975), "Las reglas del juego" (1992), "Ciudad de ángeles" (1993) y "Gosford Park" (2001). Además, dos de sus obras, "Nashville" y "Gosford Park", ganaron la nominación de Mejor Película.

"Muchísimas gracias (...) he sido muy afortunado en mi carrera ya que nunca tuve que dirigir una película que no escogí", dijo Altman visiblemente emocionado al recibir en marzo el Oscar honorífico, que dedicó a su esposa.

Esa estatuilla dorada se había convertido en un verdadero desafío, porque a pesar de ser varias veces nominado y haber contado en muchas oportunidades con el apoyo de la buena crítica nunca logró llevarse el Oscar a casa y debió conformarse con los comentarios que aupaban su capacidad de construir retratos nada complacientes de la sociedad estadounidense.

Calificado como un director impredecible, nunca tuvo todos los brazos abiertos a sus propuestas fílmicas, con lo cual se defendió afirmando en alguna ocasión: "Mis películas pueden no satisfacer al público general, pero nunca fueron hechas para eso".

Dueño de un fino y agudo sentido del humor , Altman se distinguió por un cine incisivo y vital en el que siempre sostuvo la independencia creativa frente a una industria ávida por doblegar las iniciativas personales.

Algo de esto logró retratar en su magnífica y divertida "Las reglas del juego", en la que se burla sin piedad de la maquinaria hollywoodense y filme por el cual fue nominado al Oscar. "En la gran tienda de Hollywood, ellos venden zapatos y yo hago guantes", añadió con el sello de su ironía. "El tipo de películas que los grandes estudios hacen, yo no las quiero. Y el tipo de películas que yo quiero hacer, ellos no saben cómo venderlas", explicó el director hace unos años.

Famoso por su maestría por los relatos corales y por una delicada dirección actoral que fue una de sus marcas definitorias, Altman no sólo fue uno de los directores con mayor número de estrellas por filme sino también uno de los primeros a la hora de reconocer la importancia actoral en el cine.

"Mi mejor ayuda son mis actores, el truco está en dejar que hagan su trabajo, porque seguro que crearán algo bueno. Ellos son la mayor fuerza de un filme, los únicos capaces de llevarlo a otra dimensión", señaló en una oportunidad para resaltar el lugar de preminencia que otorgaba a la performance actoral.

En otra ocasión y haciendo una cerrada defensa de un modo de hacer y pensar el cine personal y propio, Altman señaló: "Todas mis películas son hijas mías, tienen mi ADN, aunque unas tengan más éxito que otras. No me arrepiento de ninguna; como mucho, me puedo dar cuenta de que algunas son menos populares, pero eso me importa poco".

Nacido el 20 de febrero de 1925 en Kansas City, Missouri, se educó en colegios jesuitas, luego obtuvo un título en Matemáticas y en plena juventud participó en la II Guerra Mundial como piloto de bombarderos.

Su primer contacto con el cine hizo que se mudara a Nueva York, donde empezó su trabajo como actor -debutó sin suerte en en el filme "The Secret life of Walter Mitty" de 1947-.

Asimismo fue el coguionista de "Guardaespaldas", filme de 1948 Richard Fleischer, antes de retornar a su ciudad natal, Kansas, donde trabajó para la productora Calvin Co., realizando cerca de 65 documentales y cortometrajes institucionales y educativos, hasta que logró producir su primer filme como realizador, "The Delinquents", en 1957.

Tuvo también una amplia trayectoria televisiva, dirigiendo programas o capítulos de series como "Bonanza" o "Alfred Hitchcock presenta" en la década del 50 y 60. No impresionó a la crítica hasta 1970, cuando hizo "M.A.S.H", una sátira de la guerra de Corea que se llevó la Palma de Oro en el Festival de Cannes.

La suya fue una carrera marcada por una relación de amor y odio con la crítica y su público. Fue aclamado con "M.A.S.H" e incluso adorado con "Nashville", la historia del incipiente mundo del country, pero abucheado con su intento fallido de revivir a "Popeye" con Robin Williams o indagar en el mundo de la moda parisina en "Pret a porter".

A mediados de 2006 y por fin con un Oscar en la mano, Altman presentó al mundo "A Prairie Home Companion", con actrices que le fueron fieles en otras obras como Meryl Streep y con un elenco en el que también destacaron Virginia Madsen, Kevin Kline, Tommy Lee Jones, Lindsay Lohan y Garrison Keillor, que además de ser guionista del filme, interpretó su propio papel.

Tras dos fracasos matrimoniales, se casó en 1959 con Kathryn Reed Altman, madre de dos de sus cinco hijos, con quien compartió su vida hasta el lunes, cuando por falleció en un hospital de Los Angeles.

El prolífico Altman se anotó una carrera de 55 años y hasta el final fue un irreverente dentro de la industria de Hollywood.