BUENOS AIRES (ABA)- "Aconsejamos a los productores que no compren ni vendan hacienda, ni hagan nada hasta que se aclare la situación con el gobierno", afirmó ayer Néstor Roulet, el vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), la entidad que nuclea a medianos y grandes ganaderos. La frase refleja lo tensa que está la relación entre los ganaderos y la gestión Kirchner.

Roulet sintetizó en la frase "existe mucho malestar de los productores" el estado de ánimo del sector frente a la aplicación de precios máximos anunciados por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

De hecho ayer ya se registraba una notable merma en la entrega de ganado en el Mercado de Liniers que recibió casi la mitad de animales a los que reciben en promedio los días lunes, aunque como contracara los valores de los novillos registraban una baja del 1,4 %.

Pero Roulet advirtió que este último aspecto -dada la política gubernamental- no es sostenible en el tiempo, ejemplificando que la presión sobre los precios del 30 % sólo se reflejó en los mostradores en menos del 10 %.

Más allá de las especulaciones, mañana se producirá una reunión clave de las 13 federaciones del interior nucleadas en CRA y decidirán el camino a seguir que por el momento sería la de ir a un paro nacional (el segundo después del realizado en la víspera de la Exposición Rural de agosto en Palermo). La decisión de los presidentes de las confederaciones será imperativa para la mesa directiva.

Para dejar pocas dudas de la situación, ayer por la tarde Pedro Apaolaza titular de Carbap (que agrupa a los productores de la provincia de Buenos Aires y La Pampa), disparó: "El gobierno no tiene alternativas, ni dos dedos de frente para brindar una solución beneficiosa para el país".

Duro contexto

El conflicto con el campo aparece en un contexto de suma complejidad, mientras al mismo tiempo continúa sin resolverse la huelga petrolera en relación a la cual algunas voces alertaban en la víspera sobre peligro de desabastecimiento de combustible.

En el caso de los contactos entre la Rosada y los directivos rurales, fuentes de éste último sector deslizaron en forma reservada a "Río Negro" que son nulos más allá de algunas llamadas informales.

"La lista de precios de referencia es lamentable y los productores no van a mandar mucho porque no quieren regalar la mercadería", insistió Roulet.

Apuntó contra las medidas anunciadas desde el Poder Ejecutivo que "distorsionan" el mercado. Desde CRA buscan que se permita un "sinceramiento" de los valores a cambio de continuar con un subsidio a cortes populares como el asado y el bife ancho (así como los irrita las medidas

de control impuestas en relación con el maíz y el trigo). Especulan que un libre juego de la oferta y la demanda puede derivar en un aumento de un 20 % que no se traslade del mismo modo si se toman medidas contra los intermediarios.

"Moreno no se da cuenta que se están matando los huevos de la gallina de oro, porque se desalienta la producción y se entra en un círculo vicioso", apuntó Roulet.

El directivo negó que todo el campo esté ganando mucho dinero, dado que "desde la salida de la convertibilidad han desaparecido 100 mil productores".

"Hay que diferenciar entre tener campos (lo tienen banqueros e industriales que cuando dejan de ser rentables cambian de inversión) de ser del campo, quienes -según el vicepresidente de CRA- son los que están pagando los platos rotos.