BUENOS AIRES (ABA).- En la interna del próximo domingo del Movimiento Popular Neuquino, se coló por la ventana el conflicto de los trabajadores petroleros de Río Negro y Neuquén que, conducidos por el hoy ultrakirchnerista Guillermo Pereyra, apoyan sin tapujos a Jorge Sapag, mientras que el gobernador Sobisch, en apariencia neutral, estaría tratando de equilibrar la puja, tratando que la derrota de Pedro Salvatori no sea "catastrófica".
Así lo dejaron trascender a este diario fuentes oficiales, que indicaron que tanto el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, como el intendente de Neuquén, Horacio Quiroga, también estarían interesados en evitar que un hipotético triunfo de Sapag por "alrededor de 30 puntos", no le termine dando "un poder insostenible" para sus aspiraciones futuras.
Nacionalizado el reclamo petrolero, el presidente Kirchner, prefirió dar muestras de simpatía tanto hacia el emepenista Sapag como el radical "Pechi" Quiroga, en el entendimiento que cualquiera de los dos sumará a su proyecto para continuar con las actuales políticas en 2007. "Con Kirchner está todo bien. Nos puso un 10 por la forma en que manejamos nuestros reclamos", confió ayer Pereyra. El dirigente responsabilizó la semana pasada al gobierno provincial de las agresiones policiales sufridas por otro gremialista de su sector a quien Sapag levanta como precandidato a diputado en el distrito Cutral Co- Plaza Huincul.
Consultado sobre la persistencia de planteos por parte del personal jerárquico, Pereyra apuntó que son unos 1500 que hoy deberán resolver su situación en el Ministerio de Trabajo. "Nosotros ya levantamos todas las medidas de fuerza. Lo que pase de aquí en más depende de Arévalo".
Sobisch decidió mantenerse al margen del problema y ordenó a sus funcionarios no contestar las imputaciones de Pereyra, quien repudió a la Federación Nacional de Petroleros Privados, una entidad vinculada con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada.
Allegados al sindicalista hicieron severos reproches a Tomada y rescataron las gestiones del ministro De Vido. Además, cargaron contra Sobisch, al señalar que de modo encubierto estaría "jugando" para Salvatori, pero voceros del gobernador dijeron se mantiene prescindente, aunque admitieron que también le gustaría que si Sapag triunfa "no sea por paliza".