SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La fiscal Mirta Siedlecki consideró que Rolando Navarro era quien portaba el arma homicida y quien el 19 de noviembre de 2005 efectuó el disparo mortal contra el remisero Néstor Cid, y pidió a los jueces de la Cámara Primera del Crimen que le impusieran 12 años de prisión.
El abogado querellante Mario Altuna, entendió que se habían establecido los roles que le atribuyó la fiscal a cada uno de los imputados, y pidió 16 años de prisión para Navarro.
El Tribunal reanudó ayer el tratamiento de la causa donde investigan el homicidio de Cid, y estaba previsto que declararan dos testigos de identidad reservada, pero por la tarde las partes presentaron sus alegatos, a puertas cerradas pese a que en esta oportunidad sólo fue juzgada la conducta del imputado mayor de edad y no había razones que lo justifiquen.
El menor JPI será juzgado en un nuevo juicio, en caso de que las autoridades lo ubiquen, dado que la tarde en que se celebró la segunda audiencia se escapó de las instalaciones del ex Hogar Gutiérrez, donde lo alojaron sin custodia policial, a pesar de que ya tenía 18 años y estaba acusado por homicidio.
Ayer por la mañana declaró una de las testigos de identidad reservada, una mujer que llamó por teléfono a la comisaría apenas ocurrido el hecho, y ante la audiencia señaló que habían sido varios los que corrieron cuando escuchó el disparo, y entre ellos estaban los dos imputados. Por la tarde declaró otra, de manera diferente, dado que dijo que los que habían corrido luego del disparo estaban encapuchados, y se dirigieron en dirección contraria a la señalada por otros testigos.
En la acusación y en su alegato, la fiscal Mirta Siedlecki tuvo por acreditado que los dos imputados, de 17 y 18 años, habían acordado la forma en que asaltarían a Cid, de manera que el menor abordó el remise y le solicitó a la víctima que lo trasladase hasta el lugar donde lo esperaba su cómplice, en la parte sur del barrio 28 de Abril, a metros de la intersección de Beschedt y Miramar, cerca del tanque de agua, donde lo estaría esperando Navarro. En la primera jornada del juicio los imputados negaron los cargos que había en su contra, y los primeros cuatro testigos declararon de manera totalmente opuesta a como lo habían hecho durante la instrucción. El menor imputado, que según las constancias habría confesado ser autor del homicidio en sede policial, dijo que lo había hecho presionado por la policía, y los primeros testigos, que habían relatado detalles de la planificación y el fracaso del robo, también se retractaron ante el tribunal.
El hecho ocurrió a las 14 del 19 de noviembre de 2005, y de acuerdo con la acusación Navarro le habría efectuado un disparo en el omóplato izquierdo, desde el exterior del vehículo y a través de una ventanilla.
El defensor de Navarro fue Gerardo Balog, quien objetó la inexistencia de prueba directa y la falta de testigos presenciales para sostener la acusación.