SANTIAGO (AFP) - La Concertación Democrática, la exitosa coalición oficialista chilena que llevó a Michelle Bachelet a la presidencia, afronta un momento crítico debido a denuncias de corrupción e intervención electoral que ponen en duda su continuidad tras 17 años en el poder.

Las primeras acusaciones de manejo irregular de recursos se conocieron hace un mes -cuando se detectó el desvío de fondos en una oficina estatal de fomento a las actividades deportivas, ChileDeportes-, y el escándalo, lejos de disminuir, complica cada día más al Gobierno de Bachelet. La crisis se amplificó luego de que una comisión parlamentaria confirmó que fondos destinados a programas de generación de empleos se desviaron para financiar campañas electorales del oficialismo en diciembre de 2005, en las que por primera vez mayoría en el Congreso.

La denuncia involucra unos 2,2 millones de dólares y se suma a los cerca de 750.000 dólares desviados desde ChileDeportes también para financiar campañas de algunos parlamentarios oficialistas, que estalló a mediados de octubre.

Enfrentada a la crisis, la presidenta Bachelet instruyó la conformación de una comisión de expertos y esta semana anunciaría un plan anticorrupción con el que intentará cerrar el tema.

El escándalo puso en duda por primera vez el futuro de la Concertación, que desde que en 1989 derrotó en las urnas al dictador Augusto Pinochet ha ganado todas las elecciones . "¿Este es el fin de la Concertación?", se preguntó el analista Ascanio Cavallo en La Tercera . Para el cientista político Patricio Navia el problema de la Concertación es grave, pero por ahora no amenaza su futuro. "A menos que la oposición tenga buenas propuestas, será difícil que la corrupción por si sola destruya a la Concertación", dijo Navia