ROMA (Télam).- Un escándalo judicial sacude a los servicios secretos italianos con la destitución de tres de sus más altos funcionarios de inteligencia, uno de ellos acusado de colaborar con la CIA en el secuestro de un ex imán egipcio en 2003.

La fiscalía de Milán, ciudad donde ocurrió el rapto de Abú Omar, acusó a 38 personas, entre los que hay 26 agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y algunos empleados de los servicios de inteligencia italianos, entre los que se encuentra la máxima autoridad del SISMI, Nicoló Pollari. Además, el Poder Ejecutivo italiano desplazó de sus cargos al jefe del Servicio de Espionaje Interno (SISDE), general Mario Mori, y al responsable del Cesis -organismo que coordina las actividades del SISDE y del SISMI-, Emilio del Mese.

El ex imán Omar, quien fue secuestrado en 2003 por agentes de la CIA ayudados por empleados de la inteligencia italiana, en la actualidad se encuentra detenido en Egipto y denunció que durante el rapto fue víctima de torturas.

Por esta investigación ya fueron detenidos en junio pasado cuatro ciudadanos de Estados Unidos y dos italianos. Uno de los estadounidenses trabajaba en una base militar del norte italiano, mientras que los otros tres operaban dentro de la órbita de la CIA.

En octubre pasado, en tanto, la Fiscalía había pedido el procesamiento de Pollari y del ex número dos del SISMI, Mario Mancini.