SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- "Los desaparecidos no pueden ser una cifra, una categoría abstracta del derecho, por eso la idea es restituir su memoria, sus experiencias y su historia de vida". Así resumió el subsecretario de Derechos Humanos de la Nación, Rodolfo Mattarollo, la premisa del libro "Palabra de Vida", que agrupa textos de poetas y escritores argentinos víctimas del terrorismo de Estado y fue presentado ayer en Bariloche. Algunas plumas conocidas, como las de Haroldo Conti, Rodolfo Walsh, Paco Urondo, Raymundo Gleizer, Enrique Raab, Silvio Frondizi, Héctor Oesterheld, Rodolfo Ortega Peña o Miguel Angel Bustos, aparecen rescatadas en la compilación, que además agrupa numerosos trabajos de quienes eran escritores aficionados -muy jóvenes la mayoría- con producciones que en su momento no alcanzaron a difundir.
Mattarollo consideró fundamental "recuperar las historias y la experiencia de trabajo de nuestros intelectuales que han sufrido la desaparición forzada o el asesinato por cuestiones políticas". El rastreo casi detectivesco que permitió conformar la antología estuvo a cargo de la Sociedad Argentina de Escritores, cuyo presidente, Víctor Redondo, también participó del acto realizado ayer en el hotel Nevada. Mattarollo explicó que "muchos de los textos no son explícitamente políticos, pero representan una cultura democrática, de hombres y mujeres que soñaron un país más justo y una cultura participativa".
Rescató especialmente como "uno de los casos más patéticos" el de Ana María Ponce, quien escribió poemas durante su cautiverio en la ESMA. "Una sobreviviente, Graciela Daleo, consiguió sacarlos y gracias a eso hoy se pueden conocer, porque Ana María continúa desaparecida -dijo el funcionario nacional-. Son poemas escritos desde la perspectiva de la muerte, cuya autora no parece engañarse respecto de lo que iba a ser la solución final de las desapariciones, que hoy conocemos con toda su magnitud trágica". Según Mattarollo, desde la Secretaría de Derechos Humanos se propusieron "hablarle no sólo a la razón sino al corazón de la gente y para esto la poesía, la literatura y otras formas de expresión estética como pueden ser el cine o la música son vehículos insustituibles".
Agregó que "el fenómeno de la violación de los derechos humanos es algo que golpea a la persona en su integridad. Y la manera de hacerse cargo de ese fenómeno, sin eludir el enfoque jurídico político, debe ser como la poesía un lenguaje de totalidad".