NEUQUEN (AN)- Alrededor de 100 pasajeros que tenían previsto viajar por Aerolíneas a Buenos Aires el jueves a las 20 recién salieron a las 5 de la mañana de ayer, debido a un problema mecánico de la aeronave. La postergación provocó tal irritación que hasta hubo un incidente con los pilotos y azafatas, quienes se retiraron del aeropuerto neuquino custodiados por la Policía Aeroportuaria.
La magnitud del incidente no fue especificada, y ninguna fuente policial ni autoridad del aeropuerto o de la empresa accedió a hablar con "Río Negro" sobre este tema.
De acuerdo con los datos que trascendieron, la máquina debía despegar a las 20 del jueves. Recién a las 23 los pasajeros fueron invitados a embarcar, pero cuando ya estaban en sus asientos les informaron que el avión tenía una pérdida de aceite por lo que todos debieron descender nuevamente.
De regreso al hall del aeropuerto se produjo el incidente con los pilotos y azafatas. La versión que circuló ayer indicaba que cuando se retiraban al hotel para descansar, fueron increpados por los pasajeros que pretendían que se quedaran a compartir la espera con ellos.
Intervino la Policía Aeroportuaria y la tripulación pudo salir, tras vivir momentos de tensión.
Las fuentes indicaron que la empresa se hizo cargo de los gastos de comida, pero el malhumor de los pasajeros no disminuyó.
Recién a las 5 de la mañana de ayer, cuando llegó otra máquina procedente de Buenos Aires, todos pudieron emprender el viaje que tenían previsto para siete horas antes.
Estos cambios imprevistos de horario de los vuelos en el Aeropuerto de Neuquén no sólo perjudican a los pasajeros sino también a los empleados de los locales comerciales que funcionan dentro de la estación aérea.
Una mujer que se desempeña desde hace tres años en la confitería del aeropuerto, es una de las tantas damnificadas por las demoras en la partida o llegada de los aviones. Sin embargo, esta empleada denunció que su situación empeoró cuando el local cambió de dueños.
"Trabajamos turnos de hasta 18 horas seguidas, y no nos pagan las horas extras ni nos dan francos compensatorios; además, nos avisan del cambio de horario a último momento", relató.
La mujer denunció que sus nuevos empleadores, que se hicieron cargo de la confitería en enero, "se niegan a tomar más personal y nos tienen trabajando en turnos de 12 y 16 horas por día; sabés cuándo entrás a trabajar, pero no cuándo vas a salir".
"Antes había problemas también con los vuelos, pero este año se complicó aún más, y todo empeoró cuando llegó esta nueva firma, Arias Argentina; desde entonces ya no veo a mis hijos y sufro de anemia, pero no puedo faltar porque me descuentan el día aunque presente el certificado médico", contó angustiada.
Según la mujer, la realidad es la misma para todos los empleados de la empresa y de los demás locales comerciales del aeropuerto, "pero no se animan a decir nada por miedo".
El retraso en el avión del jueves fue la gota que rebalsó el vaso. "Nos avisaron a las 12 (por la medianoche), cuando nos estábamos preparando para irnos, que se nos venían como hormigas para la confitería", relató.
"Los empleados tuvimos que dar la cara porque el gerente no estaba y no teníamos suficiente comida, yo tenía a mi bebé enfermo, así que no pude más y me fui; ahora no sé si me van a echar, tengo miedo", planteó.