Los niños que concurren a los jardines de infantes y escuelas de nuestro país juegan, imitan, recrean situaciones y se expresan reproduciendo términos del llamado 'lenguaje neutro' de los dibujos animados que emite la televisión, afirman muchos docentes argentinos."Los niños hablan cada vez más con términos propios del lenguaje de sus dibujos animados preferidos y más allá de la simpatía que nos despierta escucharlos, nos preocupa que esto pueda perjudicar su formación lingüística y su identidad", dijo a Télam Luciana, una maestra jardinera. "Oye, dejamos el balón en la cajuela del vehículo"; "vendo palomitas de maíz y perros calientes"; "tomemos una crema helada" y "mi mamá me aguarda en la acera", son algunas de las expresiones que pronuncian los chicos influenciados por esos programas de los canales, dijo la docente.
Muchos maestros y padres se preguntan hasta qué punto esta realidad no perjudica el proceso de aprendizaje de la lengua en los más chicos, aunque los especialistas estiman que la escuela debería aprovechar el fenómeno pedagógicamente. Mabel Costas, mamá de un nene de 9 años, dijo que notó hace dos años que el vocabulario de su hijo se incrementaba con muchas palabras de los dibujitos y recordó que hasta llegó a decir que su hijo "hablaba como un dibujo animado".
En tanto, desde el Ministerio de Educación de la Nación, Silvia González, integrante de la Dirección General de Gestión Curricular y Formación Docente, dijo a Télam que "la escuela debe ayudar a multiplicar las experiencias lingüísticas, sobre la base de que una misma lengua ofrece distintas variantes". "El hablante con alto grado de escolaridad debería poder optar entre esas variantes", sostuvo. Sin embargo, la funcionaria aclaró que este lenguaje "no debería borrar las marcas regionales de la lengua". "Por qué, dónde y quienes usan tal o cual expresión? ¿cómo lo decimos nosotros? son algunas de las preguntas que podría hacer el docente para aprovechar pedagógicamente las variantes del lenguaje", señaló la funcionaria.
Por su parte, el psicomotricista y escritor Daniel Calmels estimó que "la neutralidad es la destrucción del lenguaje" al referirse a los efectos que producen los términos utilizados por los dibujos animados en el hablar de los chicos. El especialista sostuvo que "el lenguaje universal y neutro genera una gran pobreza de conceptos e imágenes acústicas, porque vacía la lengua de sutilezas y originalidades propias de la historia y la cultura local". Por ejemplo, una nena mientras jugaba con una compañera en el "rincón de la casita" un espacio recreado en su salita de una escuela de San Isidro, dijo al referirse al pañal de su muñeca "bótalo, bótalo ahí en el cesto".
Los términos foráneos "no sólo alteran el habla, sino su propia voz que es una manifestación corporal de su identidad", explicó el especialista, quien remarcó que "los chicos miran televisión entre tres y cuatro horas diarias". El lenguaje, los contenidos y las propuestas estéticas de la programación "neutra" tienen una influencia mayor cuanto más tiempo está el niño frente al televisor. (Télam)