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Lunes 23 de Octubre de 2006
 
Edicion impresa pag. 59 > Cultura y Espectaculos
Historial social que fotografía aristas del amor

BUENOS AIRES (Télam).- En la novela "El rey de los centauros" la escritora Inés Garland presenta una lectura corrosiva sobre una clase social tan poderosa como frívola sin desmerecer una historia intimista que profundiza en el componente de abnegación, subyacente en los vínculos amorosos de muchas mujeres.

"Yo soy consciente que la novela tiene dos registros: se puede leer más superficialmente como crítica social pero también desarrolla en profundidad un tema psicológico complejo", comentó la autora en una entrevista con Télam.

"Cuando escribí la novela -publicada por Alfaguara- tenía nada más que las ganas de contar esa historia. Yo la empecé a escribir en 1997, estuvo después tres años en un cajón, es un texto que tiene mucho recorrido. Ante de terminarla la reescribí, le agregué cosas", contó.

Según Garland, lo primero que quiso registrar "fue la relación de los protagonistas (un ex polista de nombre Theo Filippis postrado en una silla de ruedas y una joven periodista, Julia Báez, que lo visita tres veces por semana para escribir una suerte de biografía encargada acerca de él)".

El personaje de Theo -un dandy de los años 70- se despliega luego de caerse de su caballo y quedar paralítico, una situación que cambia su vida de raíz. "Es cierto que su incapacidad física le modifica todo el universo de sus vínculos -subrayó-, pero en realidad el alejamiento definitivo de Laura (su biógrafa) se debe a su incapacidad de amar a una mujer. Una incapacidad que no es producto del accidente".

En un doble juego, la mirada social y la mira intimista se entrecruzan a partir del discurso enhebrado por Theo desde el dolor y el resentimiento por una clase social que no se muestra particularmente magnánima con los perdedores, y a través de los pensamientos de Julia. Ella ve cómo la relación se personaliza y pierde las distancias con su entrevistado, lo que se refleja en las edulcoradas versiones que entrega de Theo a la editorial.

Theo advierte ese amor abnegado que Julia deja al descubierto -un sentimiento que puede leerse como una asimetría u otra incapacidad-, antes de dejar que ese espejismo estalle como un espejo y se disemine en mil pedazos.

La génesis de este libro, reveló Garland, se remonta al momento en que conoció a un par de personas que tenían distintas discapacidades. "Eso me hizo pensar mucho en la parte corporal. Lo que significa tener el cuerpo entero, que hace lo que vos querés. Y esto se mezcló mucho con un tipo de vida que yo vi de cerca".

A esto se suma el tema de la abnegación, "algo que me interesa muchísimo. En la revista "Buenos Aires Metrópolis", en el número anterior, escribí sobre mujeres que aman demasiado con signo de pregunta. Sobre todo las mujeres jóvenes".

Al mismo tiempo que escribió su primera novela, Garland dedicó tiempo para esbozar algunos cuentos que publicará el año que viene, en los que la mayoría de los personajes son mujeres.

Autora de un libro de cuentos; "La reina perfecta", que obtuvo el segundo premio del Fondo Nacional de las Artes, Garland considera que pasar del tiempo de un cuento al de una novela no es fácil. "En un cuento sabés más o menos dónde vas, en cambio la novela me produce mayor ansiedad. Se más o menos cómo va a terminar pero no qué pasa en el medio".

Inés Garland es editora, periodista y escribe desde muy chica: "Estuve en un taller de escritura con Elsa Osorio hasta que se fue a vivir a España. Y después fui al taller de Liliana Hecker, y ahí me largué a escribir. Ella nos insistía en el taller para que mandáramos nuestros textos a concurso. Y me hizo ver la escritura como un trabajo", concluyó.

 
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