NEUQUEN (AN).- La Asociación Nguenechen Ruca es una organización civil destinada a recuperar y proteger perros y gatos abandonados y maltratados.

Desde hace dos meses la maltratada parece la institución pues los dueños de la chacra donde funciona desde hace 14 años decidieron no renovarle el contrato.

Por eso, la protectora que funciona casi por exclusivo esfuerzo de una profesora de música está al borde una mudanza en la que deberá incluir a todas sus mascotas. Desde su fundación en 1992 la asociación recuperó, cuidó y dio en adopción a miles de perros y gatos y de momento mantiene en su asilo a un poco más de 160 perros y una decena de gatos.

La fundadora y encargada de la asociación es Estela Villafañe, y ella no sólo aloja y da de comer a estos casi doscientos animales, sino que además les brinda asistencia veterinaria. La subsistencia de la entidad se dio en todos estos años gracias al gran esfuerzo de Estela y al aporte de los socios interesados en el cuidado de los animales. Sin embargo, desde hace dos meses la asociación está seriamente comprometida ya que de no encontrar una nueva chacra donde funcionar las 160 mascotas quedarán en la calle.

La intimación al desalojo es para Estela "una maniobra desalmada" y se da luego de que la asociación acordara de palabra un aumento del alquiler de la actual chacra. "Parece que tienen ahora

algo más lucrativo y a mí, como el acuerdo era de palabra, simplemente me dicen que me vaya", explicó Estela.

Esta profesora de música devenida amante de los animales asegura que, pese a la intimación de los propietarios, no se mudará hasta conseguir una nueva chacra donde funcionar. No obstante, los plazos apremian y cada día que pasa es mayor la incertidumbre que se cierne sobre los 160 animales que cuida.

Desde la asociación Nguenechen Ruca -casa de Dios- aseguran que lo único que necesitan es una nueva chacra donde poder instalar el asilo de mascotas y comenzar a crear el objetivo central de la institución que es la edifica