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Domingo 22 de Octubre de 2006
 
Edicion impresa pag. 42 > Sociedad
En Paso Flores se estrelló un héroe de la II
Atacado su avión en combate sólo se fracturó las piernas. Fue condecorado dos veces por mérito de guerra. Pero Huntly Fraser Macdonald, nacido en el Maitén se estrelló con su avión a la vista del río Limay y allí fue enterrado.
Cuando el avión del joven Macdonald, héroe de la Segunda Guerra, se estrelló cerca del Limay, la balsa de Paso Flores no dio abasto para las exequias.
Cuando el avión del joven Macdonald, héroe de la Segunda Guerra, se estrelló cerca del Limay, la balsa de Paso Flores no dio abasto para las exequias.
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FRANCISCO N. JUAREZ

fnjuarez@sion.com

e sabe el año (1941) pero no la fecha precisa de la acción heroica del piloto Huntly Fraser Macdonald, nacido en El Maitén, cuando el avión que comandaba como oficial voluntario de la Real Fuerza Aérea sobre tierra europea ocupada por los ejércitos de Führer, fue alcanzado por el fuego de la artillería enemiga.

Después de ordenar a la tripulación de combate que se lanzaran en paracaídas, este piloto patagónico hijo de británico y entonces de 23 años, decidió quedarse solo a bordo en el intento de salvar el avión con un aterrizaje de emergencia. Pero dio con un campo arado y la máquina capotó.

Si el accidente ocurrió poco después del 18 de julio de aquel año '41, que es lo más probable, Huntly Macdonald padre, nunca se enteró. Es que ese escocés que estaba al frente de la estancia Paso Flores y que de muy joven lo había estado de la de El Maitén de la Compañía de Tierras Sud Argentino (en realidad inglesa, y, precisamente, donde nació su hijo héroe de la RAF), murió ese día.

Dos días después, el 20 de julio, fue enterrado en el primero de los cementerios de Bariloche junto al lago. La evocación escrita poco más de seis años después del accidente, señaló la lamentable consecuencia de aquella tragedia: las dos piernas de Macdonald quedaron fracturadas. Se podía considerar afortunado si es que podía compararse con el héroe británico de la RAF, el famoso "piloto sin piernas" Douglas Bader, a quien tras un accidente aéreo debieron amputárselas. Lo de Bader no fue en combate sino haciendo acrobacia poco antes del estallido de la guerra, con el mérito posterior de que, auxiliándose con dos prótesis, fue el más insuperable piloto en la guerra aérea en las filas aliadas.

Respecto a Macdonald no existen detalles a mano de las peripecias que inevitablemente debe haber padecido tras su capotaje, pero lo cierto es que fue rescatado, se recuperó de las heridas y posteriormente fue "destinado a Canadá como instructor de aviación militar. En esa actividad permaneció a lo largo de un año hasta que volvió al frente de guerra", señalaría la evocación que años más tarde hizo el semanario de Bariloche La Voz

Andina.

 

Patoruzú en el fuselaje

 

Es cierto y hasta la cifra parece increíble - que más de quinientos pilotos provenientes de Argentina, en su mayoría nativos hijos de británicos afincados en la patria que adoptaron, combatieron a los germanos en aviones de la RAF. De cada uno se puede rescatar una historia, como en parte hicieron los investigadores bahienses Oscar Rimondi y Claudio Meunier y lo plasmaron en su excelente libro "Alas de Trueno" (editado en 2004). Allí Macdonald figura en el listado de los voluntarios, aunque esta evocación (ver también esta página del pasado domingo 15) fue posible por el "yacimiento" informativo que significa para parte de la historia de Bariloche, lo consignado en las páginas del semanario La Voz Andina (LVA).

De "Alas de Trueno", hay algunos datos que conciernen a la región patagónica y que La Nación reprodujo el 7/03/2003 cuando el corresponsal de Bahía Blanca Oscar R. Balt se refirió a los hallazgos de los autores de ese libro. Más allá de la curiosidad que significa que entre los dibujos mascota que se acostumbraba a pintar en los aviones de combate, algunos aviones ingleses atacaron a los alemanes con la figura del indio Patoruzú estampada en el fuselaje. Además de esa creación de Dante Quinterno también se aplicaron a algunos fuselajes dibujos de Lino Palacios. Se asegura que la comunidad británica en la Argentina financió dos escuadrones de aviones a la RAF y la pionera familia Bridges de Tierra del Fuego donó un caza Spitfire que voló bajo del nombre "Fire land". Frank Watt fue también piloto de la RAF con su hermano James Stanley W., pero este último, según La Nación (3/03/2003), cayó en combate, mientras que Frank volvió después de la guerra,

fue comandante de Austral, con frecuentes viajes a Bariloche y la Patagonia atlántica. En similar situación estuvo según el ya aludido libro "Alas..."- en argentino Angel García Bollini, que voló a la Patagonia en Aerolíneas Argentinas, llegó a comandante de Jumbo 747 y fue piloto del ex presidente filopatagónico Arturo Frondizi. García Bollini tomaba cursos de pilotaje de cazabombardeos nada menos que en Peral Harbor cuando se produjo el ataque japonés del 7 de diciembre de 1941. Sobrevivió y tuvo que ver con los ataques norteamericanos a Japón. Sobrevivía en 2003 con 90 años a cuestas y también lo hacía al mismo tiempo en su campo bonaerense de Villalonga, según los investigadores Rimondi y Meunier- el también piloto combatiente voluntario en la RAF, Bernardo Noel de Larminat (apellido de afincados pioneros en la cordillera patagónica), cuyo avión, casi a finales de la guerra, fue derribado, se salvó de milagro, logró salir del aparato y evadirse.

 

La heroína de "Pilca"

 

Quizás el dato más curioso es el de una muchacha criada en Pilcaniyeu Maureen Adele Dunlop, que seguramente se conoció a Huntley Fraser Macdonald. Ella se ofreció a la RAF como enfermera, pero allá decidieron entrenarla como piloto (fue primer oficial, auxiliar de transportes y comandó aviones cazas y mosquitos que trasladaba desde las fábricas a las bases militares). Volvió al país como entrenadora para aviones Lancaster que Argentina compró concluida la guerra. Se casó y en 2003 aún vivía en su haras "Milla Lauquen" (resabios de voces patagónicas) de Surrey, Inglaterra, donde criaba caballos árabes.

Macdonald no regresó a la Patagonia apenas terminada la guerra. La RAF le encomendó la repatriación de combatientes voluntarios a sus respectivos países. Cuando volvió a Paso Flores lo hizo "en posesión de un avión de turismo en el que efectuaba continuos viajes con amplio dominio de la máquina" (LVA), pero, fundamentalmente, con dos condecoraciones reales.

En pleno verano de 1948 Macdonald seguía con sus vuelos de turismo, era un as de la guerra y deslumbraba con algunas acrobacias destinadas al regocijo de amigos, familiares y de su madre sudafricana, Kurina Bresler (como lo contó hace años a este cronista). Su hijo de apenas 29 años había tenido más suerte que Bader, el "piloto sin piernas", porque conservó las suyas. Pero su suerte se agotó el lunes 26 de enero de ese año cuando a bordo de su avión en Paso Flores mostró por última vez su audacia acrobática y se estrelló para siempre.

La Voz Andina del sábado 31 publicó una larga evocación del piloto inmolado y nacido en El Maitén el 25 de julio de 1918. La balsa de Paso Flores trabajó incesante con los automóviles de parientes y amigos de Bariloche llegados para velar y despedir a Huntly. "Sus restos fueron sepultados allí mismo.."se leyó cuando bajó La Voz Andina el punto final del obituario.

 
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