BUENOS AIRES (DyN) - María Elena Naddeo, titular del Consejo para los Derechos de los Niños del gobierno porteño, afirmó que la "infancia" sufrió un proceso de "destrucción" a raíz de "políticas de ajuste" económico y "maltrato" ejercido por adultos.

"Debemos seguir profundizando las políticas públicas, porque hay mucha infancia destruida por las políticas de ajuste y el maltrato de los adultos. Ambos temas son de especial prioridad", dijo la funcionaria.

"Estamos en un momento de inflexión. Tenemos una legislación más acorde con los parámetros internacionales, pero nos faltan políticas de Estado y programas de prevención y atención", sostuvo la funcionaria.

El Consejo Nacional de la Niñez, la Adolescencia y la Familia (CONAF) advirtió que existe un aumento de "progresión geométrica" de las denuncias de maltrato y abuso infantil en Argentina.

En 2005, sólo en Capital Federal se recibieron 9.500 pedidos de ayuda por parte de familiares, vecinos, docentes y los propios niños que reclamaron auxilio ante situaciones de violencia y maltrato en su hogar.

El Centro de Informática del Poder Judicial dijo que en 1995 las denuncias por violencia familiar llegaron a mil casos, mientras en 2005 habían ascendido a 3.437. Los maltratos a los que son sometidos los niños pueden ser físicos, emocionales y sexuales, según distinguen los expertos, cuando hay daños significativos para la salud, la supervivencia o la dignidad de los niños, aunque muchas veces un mismo chico es objeto de varios tipos de agresiones al mismo tiempo.

Según estadísticas de CONAF, en los primeros seis meses de 2006 el 65 por ciento de las agresiones recayeron sobre niñas cuyas edades oscilaban entre 3 y 14 años. Dijeron que 55 por ciento sufrió maltrato físico, 45 por ciento fue de tipo emocional, y 10 por ciento víctimas de abuso sexual, aunque quedaron sospechas de que alrededor de un tercio de los casos pudieron producirse en situaciones de violencia sexual.

Los especialistas de CONAF diferencian dos tipos de agresores. Por un lado, los adultos que en su infancia fueron criados por padres violentos, y repiten luego las mismas pautas de conducta con sus hijos; por otro, los que pueden "gozar" con el sufrimiento de los hijos.

Según un estudio realizado en la Universidad Nacional de Córdoba sobre la base de casos recibidos en los hospitales públicos, el maltrato físico que no llega a la muerte produce lesiones graves, como fracturas de fémur o de una costilla y hasta traumatismo de cráneo.

La víctimas a veces presentan afecciones internas como el estallido de bazos, riñones o hígado, y daños evidentes en la piel como hematomas, productos de mordidas y quemaduras.

El estudio reveló que además del daño físico se producen secuelas psíquicas, porque el golpeador lo hace acompañando su acción violenta con insultos y amenazas. Reveló que en los niños que tienen hasta tres años provoca pérdida de confianza en las personas para toda la vida y dijo que a esa edad los daños son más graves porque es la etapa en la que se estructura la personalidad.