Los violentos enfrentamientos entre patotas sindicales durante el traslado de los restos de Juan Domingo Perón a San Vicente sacaron a la superficie la subterránea interna kirchnerista por la gobernación en 2007 y obligaron a Felipe Solá a adelantar los tiempos para intentar su re-reelección como gobernador.
Según fuentes del kirchnerismo bonaerense, Solá realizaría la semana próxima la demorada presentación para que la Justicia interprete si la Constitución provincial lo habilita a postularse a un tercer período y, de esa forma, se transforma en "el candidato" del presidente Néstor Kirchner.
Más allá de las causas de los incidentes, la denominada "batalla de San Vicente" sacó a la luz la interna oficialista, con pases de facturas entre quienes pretenden posicionarse para la gobernación.
El ministro del Interior y aspirante a la gobernación, Aníbal Fernández, responsabilizó al "gobierno provincial" de Solá, su mayor adversario político interno, por no haberse hecho cargo de la seguridad en la quinta. Desde el PJ bonaerense devenido en kirchnerista, que conduce el diputado José María Díaz Bancalari y la