VIEDMA (AV)- La filial Viedma de la Fundación Grameen, orientada por el flamante Premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus, celebró esa distinción prometiendo redoblar esfuerzo y resaltando la dignificación del trabajo a partir de grupo de autoayuda y microcréditos.

La representación está encarnada por la Asociación Génesis que desde agosto de 2002 viene otorgando los primeros préstamos. Hasta la actualidad se entregaron 150 créditos a 90 personas de las cuales 30 ya renovaron y en algunos casos hasta seis veces.

Los créditos personales fueron desde 350 pesos al inicio hasta 1.000 en las renovaciones. Ello les permite a las prestatarias avanzar con proyectos más productivos.

En total se otorgaron microcréditos por un valor total de 65.000 pesos, el recupero del dinero es del 89%, mientras que el capital proviene exclusivamente de donaciones particulares para financiar pequeñas actividades productos, comercios y servicios.

Noemí Richmond, la principal referente de la entidad capitalina, resaltó que este tipo de experiencias en base a la metodología Grameen "dignifica a la persona, pero como se trata de un ida y vuelta, nos gratifica también a nosotros porque aprendemos mucho de los beneficiarios".

Observó que "con esfuerzo siguen adelante, a pesar de que se trata de una pequeña ayuda que le otorga el pueblo de Viedma" agregando que "ellos nos enseñan a ver qué es la solidaridad" por medio de los grupos de autoayuda. Consideró a estos grupos como que juegan un rol preponderante dado que "cuando un integrante se cae, ellos mismos se dan ánimo para que se mantengan a flote".

Una experiencia

Una de las beneficiarias, y actual promotora del programa Banco Popular de la Buena Fe, María Victoria Merlo contó a "Río Negro" su experiencia. "Comencé con mi esposo vendiendo carne de vizcacha en escabeche, pero como tuvimos problemas con los permisos de caza, tuvimos que cambiar de rubro instalando una forrajería en el barrio Lavalle.

Al parecer nada les resultó fácil. Reveló que "cuando se nos cayó el primer proyecto, por un momento me sentí mal, mi sueño era tener una fábrica de productos elaborados con vizcacha, en un momento me sentí un poco frustrada, me preguntaba qué hago ahora, pero apareció el apoyo del equipo en las reuniones, fuimos viendo entre todos hasta que mi marido se le ocurrió que en el barrio había una necesidad manifiesta de venta de forrajes por la gran cantidad de animales de granja que hay, y ahora nos estamos defendiendo".

La asociación comenzó inicialmente con la representación de Yunus y luego por medio de la Vicaría de la Fraternidad coordina los bancos de la buena fe, que se solventa con fondos del gobierno nacional. Estas iniciativas se multiplican en diversos barrios de Viedma como también San Antonio y Sierra Grande.