PUELEN (ACA)- Dorila Pino, una puestera que fue desalojada en noviembre del año pasado y que según afirmó no tuvo la oportunidad de sacar sus bienes, a punto tal de quedar ella y su hijo de 13 años sólo con la ropa que llevaban puestas, necesita plantillas especiales para paliar la discapacidad motriz de su hijo. Sin embargo no consigue ayuda ni en la provincia de La Pampa ni en el municipio local.

La mujer mostró a este diario la copia del acta de desalojo, donde no está expreso que haya sido notificada del acto que se iba a llevar acabo. Una larga lista de elementos componen el documento, pero la mujer asegura que nunca pudo ver los bienes y mucho menos recuperarlos.

Según comentó la mujer, su hijo padece una discapacidad en sus pies desde su nacimiento. Para corregir en parte ese problema, el menor debe usar plantillas especiales de distinto tipo, una para uso diario y otra durante un par de horas al día para corregir el problema óseo de sus tobillos.

Hasta antes del desalojo, con mucho sacrificio, había podido llevar adelante el tratamiento, pero según relató- a mediados de noviembre del año pasado, cuando se produjo el desalojo, le quemaron los dos juegos de plantillas del niño, junto con sus zapatillas que había dejado sobre la cama, porque no podía usarlas cuando andaba a caballo debido al tamaño del estribo.

La semana pasada, Pino viajó con su hijo a la capital provincial, Santa Rosa, para que un profesional lo examinara y le recomendara el tipo de plantillas a usar. Ahora debe comprarlas, pero no consigue ayuda, y su situación económica es por demás precaria dado que no posee trabajo y se quedó sin los animales, que eran su medio de vida.

"A mi me sale sumamente caro viajar a Santa Rosa. Además pido ayuda y no me dan. Yo reclamo esto porque me desalojaron sin tener por qué, de la tierra donde nos criamos. Ni me avisaron, me espiaron que yo me fuera y entraron, demolieron la casa y quemaron todo. Yo encontré después, entre otras cosas, las plantillas de mi hijo y las zapatillas todas quemadas" expresó la mujer a "Río Negro".

La puestera asegura que cuando fue a reclamar, días después del desalojo, el juez de Paz no la atendió pues estaba de vacaciones. Sólo le entregaron la copia del acta, un documento que está parte impreso en computadora y el resto manuscrito con letra ilegible por partes, escrita con lápiz.