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Jueves 19 de Octubre de 2006
 
Edicion impresa pag. 05 > Nacionales
"Se ha ido muy lejos, será muy difícil volver atrás"

Lo dijo el fiscal de cámara, Norberto Quantín, quien se fue del gobierno de "K" en el 2004 junto a Gustavo Beliz.

Norberto Quantín fue secretario de Seguridad de la Nación durante la primera parte del gobierno de Kirchner.
Norberto Quantín fue secretario de Seguridad de la Nación durante la primera parte del gobierno de Kirchner.
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BUENOS AIRES (ABA) . - El fiscal de la Cámara Federal del Crimen, Norberto Quantín, afirmó que va a ser "muy difícil" parar la violencia política cuando la gente se acostumbró a que sin medios pacíficos pueden conseguir sus objetivos.

El ex secretario de Seguridad de la Nación -que renunció al cargo junto a su superior Gustavo Beliz-, subrayó que cuando hay una actuación objetable en las fuerzas armadas o de seguridad, el jefe del regimiento o de policía son desplazados, mientras cuando ocurre lo mismo con la dirigencia política, no pasa nada.

 ¿Le sorprendió lo ocurrido en San Vicente?

 La violencia (pública o encubierta) ha caracterizado a la política argentina durante muchos años. Violencia es también el diálogo de los dirigentes con sus dirigidos que los imitan y que con menos responsabilidad -por su menor cultura y preparación- llevan a los hechos lo que aquellos dicen de palabra.

 ¿Existe una relación directa entre los discursos y la acción?

 Hay una relación causa - consecuencia, como ocurre con la dirigencia del fútbol que si se hubiera decidido a eliminar a las barras bravas en lugar de tenerlas de aliadas, el tema se hubiera solucionado. Me duele el espíritu de barrabravas que se ha instalado en todos lados, porque vea que ayer (por anteayer) ni siquiera se peleó por razones ideológicas (como cuando en la vuelta de Perón en 1973 se enfrentó la izquierda y la derecha peronista); o en el reciente episodio del hospital donde los que irrumpieron con violencia no integraban ningún sindicato de la sanidad.

 ¿Tiene que ver con este clima la pasividad de los poderes públicos frente a diversos tipos de activistas?

 Es el único país del mundo donde hay que ver el cronograma de los cortes para ver si se puede pasar por lugares claves de la ciudad. Parece que no se puede hacer nada con contenido político sin molestar al resto de los ciudadanos, como ocurrió con el traslado de los restos de Perón en que se podría haber elegido el lunes pasado (feriado) para hacerlo, pero no... Aunque nada hubiera pasado se cortaron los accesos y la gente no podía volver tranquila a las casas porque a un sector se le ocurrió trasladar a un muerto, así es la calidad de vida que tiene la Argentina.

 ¿Cómo impacta la renuencia del gobierno a reprimir a grupos hostiles con la excusa de que no derive en más violencia?

 Creo que la policía debe ser habilitada para emplear la fuerza mínima necesaria para retronar las cosas a su cause, sino la calle es de los violentos y la autoridad no puede renunciar a aplicar la ley. El Estado no puede decir en tal lugar no se aplica la ley porque entonces pierde soberanía.

 ¿Es una cuestión judicial o del poder político?

 A veces la fuerza tiene que actuar sin necesidad de recurrir al juez. Cuando yo ordené (en su gestión de funcionario de Seguridad) desalojar la comisaría 12 sin violencia, lo hice sin la participación de un magistrado. Como el bombero no debe pedirle a un juez que lo autorice a apagar el fuego. Parece infantil, pero nadie parece advertirlo.

 Ud. integraba el ministerio de Justicia durante la toma de la comisaría por el piquetero Luis D'Elía, ¿fue aquel un caso paradigmático de lo que vendría después?

 Si la jueza que tenía la causa del homicidio que derivó en la toma de la comisaría hubiera actuado de modo diligente tal vez, la gente de D'Elía no hubiera realizado lo que hizo. La decisión fue desalojar al sede policial sin violencia porque la pregunta era que pasaba si morían cinco personas en ese episodio. Pero después, la justicia estuvo de brazos cruzados cuando D'Elía no tenía fueros y las otras 40 personas que ocuparon la comisaría nunca fueron citadas. La violencia se ha visto acrecentada en los últimos años y se advierte que es posible hacer justicia por mano propia sin consecuencias. Y es un mal mensaje porque como decirle a un chico no dañes los bienes públicos cuando un funcionario rompió toda una comisaría.

 El Estado no sólo que no castiga, sino que a veces parece impulsar episodios como los piquetes a las estaciones de Shell.

 Como fiscal general no puedo hacer apreciaciones políticas, de todos modos pienso que las negociaciones no deben hacerse nunca por medio de la fuerza porque el que emplea la fuerza ya no está negociando, está peleando.

 A partir del costo político que puede pagar el gobierno, ¿hay posibilidades de pensar en un cambio?

 Cada vez va a ser más difícil, en la medida en que la gente acepta que la única vía para hacer lo que uno cree que es justicia pasa por la violencia, esto con los vigilantes no se arregla ni a palos. Se ha ido muy lejos, y será muy difícil volver atrás.

 Parece que las reglas no son iguales para todos.

 Hay actitudes que si las comete un comisario salta el jefe policial, o si pasa con un militar echan al jefe de un regimiento. En esos casos se actúa muy rápido, pero esos métodos que se utilizan con la policía y las fuerzas armadas no se aplican al resto de la sociedad, para la cual la manera de que se ocupen de sus problemas (desde laborales hasta ambientales) es recurrir a la violencia.

 

 

CLAUDIO RAVINOVITCH

 
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