Dirigentes opositores culparon ayer al gobierno por los graves disturbios que tuvieron lugar durante el traslado de los restos del ex presidente Juan Perón a San Vicente y condenaron la "lógica de violencia" ejercida por las autoridades nacionales.
Aunque el martes prefirieron mantenerse en silencio tras los incidentes que protagonizaron gremialistas enfrentados, referentes de la centroderecha como Mauricio Macri y Ricardo López Murphy, la diputada Elisa Carrió y la conducción de la UCR salieron a expresar su repudio a los sucesos ocurridos en la quinta bonaerense.
Carrió fue una de las que responsabilizó al gobierno por los incidentes y advirtió que el presidente Kirchner "promueve la violencia entre distintos sectores y no la reconciliación nacional". Además, denunció que Kirchner y sus ministros "utilizan distintas fuerzas de choque para gobernar" y que "algunos sindicalistas son avalados para actuar con impunidad en diferentes cuestiones" por las autoridades.
En el mismo sentido se pronunció el Comité Nacional de la UCR, conducido por Roberto Iglesias, que a través de un comunicado exigió al oficialismo que "rinda cuentas" y se quejó del "clima de intolerancia, en el que no se respeta ni se puede hacer lugar para el que piensa diferente".
Macri fue otro de los que apuntó contra el gobierno luego del caos que tuvo lugar en San Vicente y pidió que Kirchner "salga a pedir disculpas por el espectáculo", en ocasión del traslado del cuerpo del líder justicialista. "De nada sirve que (Kirchner) vaya al Congreso y hable de conciliación nacional, si después en sus actos todo representa violencia, confrontación, discordia", criticó Macri, al vincular los violentos choques registrados ayer, con la política "confrontativa" del presidente.
Su socio del PRO Ricardo López Murphy sumó a los cuestionamientos al gobernador bonaerense Felipe Solá y denunció al gobierno nacional por promover "como categoría el uso de los 'batatas' y de la violencia".