SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El fiscal de Cámara Enrique Sánchez Gavier, pidió que le impongan tres años de prisión en suspenso a un joven de 24 años, habitante de un lejano paraje rural, que mantuvo relaciones sexuales con una chica de 13 años y fruto de esas relaciones nació una criatura de la que el imputado se desentendió.

El hecho está probado, porque se comprobó con un análisis de ADN que la criatura que tuvo la víctima es hija del acusado, y éste aceptó haber mantenido relaciones sexuales consentidas con la menor. Se trata de un típico caso de estupro, porque si bien hubo consentimiento de la menor, ésta asegura que el imputado la sedujo y la engañó. Pero la falta de antecedentes del imputado y el medio en el que desarrolló su vida, para el fiscal operaron como atenuantes al momento de solicitar la pena.

El hecho debatido por la Cámara Segunda se produjo en un desolado paraje de la meseta rionegrina, situado a 5 horas a caballo de la pequeña localidad de Río Chico, en el campo donde habitan el imputado y su familia, a quienes unía una antigua relación de amistad con la familia de la víctima.

La fiscal Mirta Siedlecki le atribuyó al imputado haber abusado sexualmente de la menor de 13 años al menos en tres ocasiones, entre el 7 de enero de 2005 y fines de febrero del mismo año, mientras la chica pasaba sus vacaciones en el domicilio del imputado y su grupo familiar.

Siedlecki agregó que los hechos se cometieron en el dormitorio donde además pernoctaban una hermana del imputado y un hermano de la víctima, y como consecuencia de esos actos la menor dio a luz a una criatura, y se comprobó que es hija del procesado.

La denuncia la presentó la madre de la menor ante la Asesoría de Menores al saber que su hija estaba embarazada, y que nunca antes había tenido novio ni mantenido relaciones sexuales. Tanto la madre como la niña reconocieron que el acusado no la había forzado para mantener relaciones sexuales, sino que la había seducido y convencido de que nada podría ocurrirle. Primero le preguntó si quería ser su novia y después mantuvo relaciones sexuales en dos o tres oportunidades, pero el joven no demostraba que mantenían una relación ante los demás, evitando quedarse a solas con ella o demostrarle cariño.

En el debate declararon el imputado, la víctima y su madre, y aunque el defensor del acusado planteó la teoría del "error de prohibición" o de "diversidad cultural" en su alegato, el fiscal entendió que había abusado de la inmadurez sexual de la chica, y también le reprochó haberse desentendido de ella y del bebé que la menor dio a luz como fruto de esa relación.

El hecho que le atribuyen al acusado es el antiguo delito de estupro, ahora encuadrado como abuso sexual de una persona menor de 16 años y mayor de 13 años, aprovechándose de su inmadurez sexual, en razón de la mayoría de edad del autor, que la norma Penal sanciona con penas de tres a seis años de prisión.