El objetivo de Pachuca era jugar de contra y hacer un buen negocio. ¿Cómo terminó la historia? Armó tres contras perfectas, ganó 3-0 y dejó a Lanús al borde de la eliminación, en los cuartos de final de la Copa Sudamericana.

Como se preveía, el "granate" presionó de entrada y complicó a la línea de tres defensores del Pachuca con la movilidad de Lagos y Biglieri y los volantes bien arriba.

Esa presión generó la primera llegada: a los 3, Pelletieri la robó en la salida, tocó para la diagonal de Aguirre, quien fue bien atorado por Calero, y la pelota quedó en los pies de Biglieri, quien remató afuera. Luego, un tiro libre de Archubi no pudo ser desviado con precisión por Fritzler, con el arquero ya vencido.

Después de los sofocones, Pachuca comenzó a dominar, a manejar la pelota con tranquilidad a las espaldas de los volantes locales y en la primera clara, convirtió. Chitiva se escapó por la derecha, tocó al medio y Cacho la empujó.

La más peligrosa de Lanús fue de casualidad, a los 23, cuando un centro de Aguirre pegó en el palo. Después, poco y nada, con el dueño de casa desconcertado. Así se fue la primera parte.

A la vuelta de los vestuarios, la superioridad argentina se extendió, pero no se pudo reflejar en el resultado. Con el cabezazo como opción firme, el 'granate' estuvo cerca de lograr la igualdad, que a esa altura era más que merecida, pero el travesaño le dijo no.

Con el ingreso del ex River, Damián Alvarez, el visitante puso el partido en el freezer, aunque también tuvo tiempo para definir la historia con una contra. Cacho casi hace el segundo y el propio Alvarez complicó cuando pisó el área.

A 11 del cierre, el baldazo de agua fría fue helado. Otro conocido, Giménez, definió una contra letal. Y 7 más tarde, el agua fue "recongelada", porque Cacho puso el 3-0, con otra llegada por sorpresa. A esa altura, era Pachuca tenía un postgrado en contragolpes.