Miércoles 18 de Octubre de 2006 Edicion impresa pag. 31 > Policiales y Judiciales
Asaltó a mujer, se metió en una casa y desapareció
Al sujeto lo vieron cuando entraba en la vivienda de gitanos. Los dueños dicen que no saben quién es.

NEUQUEN (AN).- Un hombre que había asaltado a una mujer en el centro de esta ciudad, se fugó en un auto con vidrios polarizados, y tras ser detectado por la policía, se refugió con vehículo incluido en la casa de una familia de gitanos. Allí, se esfumó como por arte de magia.

"Esa maldita costumbre que tenemos los gitanos de dejar todas las puertas abiertas. Se metió ese tipo y amenazó a toda la familia ¿si lo conocíamos? qué lo vamos a conocer a ese delincuente, se metió nomás como pancho por su casa, fijate vos", aseguró ayer por la tarde una mujer gitana en diálogo con "Río Negro".

La policía sospecha que el delincuente tiene algún tipo de relación con los gitanos y que su fuga se produjo por los terrenos aledaños, donde también viven familias de esa comunidad, de los que son familiares.

Todo comenzó alrededor de las 11 en una vivienda ubicada en Juan B. Justo 1.025, donde la dueña de casa -una mujer mayor- fue sorprendida por un sujeto de unos 30 años que la metió a empujones dentro de casa y luego la encerró en una habitación.

El delincuente se llevó los 700 pesos que tenía la mujer y algunos otros valores no precisados para darse a la fuga sorprendido por los gritos de la víctima. A través de las rejas consiguió alertar a los vecinos y a la policía. Por eso, fueron muchos los testigos que vieron al sujeto partir en el Ford Galaxy gris patente VCH 296 de vidrios polarizados.

Los uniformados rápidamente localizaron al rodado que "volaba" hacia la zona del bajo y fue así que se inició la persecución, con la policía a unos 70 metros del Galaxy.

La persecución policial por las calles de esta ciudad tuvo todos los condimentos: aceleradas a fondo, sirenas y semáforos en rojo y terminó en Richieri 349. De una sola maniobra el rodado estuvo dentro de la propiedad y el sospechoso en el living comedor.

Lo que pasó de allí en adelante es confuso y muy sospechoso.

"Esta gente es muy tranquila y este hombre se metió a los gritos y con un arma y ellos le hicieron caso y se quedaron en el piso sin decir nada y con toda la policía afuera. No, no, no lo conocían y tampoco conocían el auto, y eso que ellos conocen de autos", explicó el abogado de los gitanos Andrés Marzioli.

Al parecer, la llegada de los uniformados y del sujeto del Galaxy tuvo el efecto de la rotura de un hormiguero en la comunidad gitana y sobraron los ruidos: desde los gritos espamentosos hasta los órdenes de acción policial. Así, cuando la policía tuvo la orden para entrar, el hombre del Galaxy había desaparecido. Una fuente dice que en medio del alboroto salió por el frente de una casa vecina preguntando qué pasa y otras voces garantizan que escapó por los techos aledaños.

Del operativo participaron unidades de las comisarías Segunda y Primera, y también personal de Seguridad Metropolitana que por la tarde secuestró el rodado que seguía en el garage de la calle Richieri.

La policía se da de narices con el hermetismo y los códigos gitanos pero tiene una carta guardada: tiene datos precisos sobre la propiedad reciente del Galaxy gris, además de testigos que lo han visto en el frente de las viviendas donde se realizaron los operativos.

El caso está en manos del Juzgado de Instrucción Nº4.

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