Miércoles 18 de Octubre de 2006 Edicion impresa pag. 63 > Deportes
Los millones rusos de la AFA: ¿de Buenos Aires a Madrid?

¿Y si el lesionado hubiese sido Rodrigo Palacio y no Maxi Rodríguez? ¿Y si el club perjudicado hubiese sido Boca y no el Atlético de Madrid? El tema habría ocupado primeras planas de los diarios, espacios interminables en la tele y fuertes debates radiales. Pero no. No fue Rodrigo Palacio, sino Maxi Rodríguez, un gran jugador, pero un pibe discreto, que no vende. Y el Atlético de Madrid juega bien lejos de Argentina.

El contrato que la AFA firmó con el grupo ruso Renova, acaso jugoso en términos económicos, pero ridículo en términos deportivos, comenzó a hacer agua más rápido de lo previsto. La Argentina de Alfio Basile, que ya había sido obligada a un rápido debut ante Brasil, fue forzada a un nuevo amistoso sin posibilidad de prepararse. Y, peor aún, fue obligado a jugar en una cancha impresentable, en la que casi todos los jugadores decidieron cuidar sus piernas tras la grave lesión de Maxi .

La arrogancia de los poderes del fútbol es tal que la AFA afirma que no tiene por qué asumir los gastos de la lesión de Maxi y que su postura está avalada por los reglamentos no menos arrogantes de la FIFA. Que el Atlético de Madrid pague entonces los costos de la lesión, su sueldo y premios durante los seis meses que dure su lesión y que el club español se jorobe si la ausencia de Maxi, por cuyo pase pagó millones, afecta sus chances de competir por el título de la Liga española. La notable cifra de 18 millones de dólares anunciada por Julio Grondona podría quedar en ridículo si el Atlético de Madrid gana su reclamo judicial para que la AFA le pague una indemnización de 6 millones de dólares por la lesión de Maxi.

Atlético se sumará a otros reclamos judiciales de clubes cuyos jugadores sufrieron lesiones graves jugando para sus selecciones. La disputa que mantienen desde hace años la FIFA y el G14 (que agrupa a los clubes más poderosos de Europa) parecía silenciada. La FIFA amagó cubrir un seguro y el G14 entró en crisis por las denuncias de corrupción contra algunos de sus clubes.

Pero la batalla sigue. La crisis de dineros robados o inflados llevó a la Unión Europea a imponerle al fútbol una nueva reglamentación, que incluye topes salariales y eliminación de los intermediarios en las transferencias. La UEFA anunció que aceptará las reformas, pero la FIFA aclaró que esos cambios no tendrán por qué ser aceptados por el resto de las Confederaciones continentales, incluida la Conmebol. Es más, la FIFA se apresta a resolver para 2007 que cada Confederación sea autónoma para no verse obligada a seguir los dictados de Europa. El caso Maxi Rodríguez es apenas la punta de un iceberg más profundo. Porque Maxi es argentino, es cierto, pero su patrón es europeo. Y todos quieren hacer negocio con él.

EZEQUIEL FERNANDEZ MOORES

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