El gobernador bonaerense, Felipe Solá, admitió ayer no tener "tanto optimismo" de hallar al albañil Jorge Julio López. En tanto, el secretario de Derechos Humanos, Edgardo Bistock, reconoció que la desaparición del testigo en el juicio contra el represor Miguel Etchecolatz "la hipótesis de que esté secuestrado o muerto crece".

"Siento una situación de honda preocupación y no tengo tanto optimismo por los días transcurridos", dijo Solá sobre la posibilidad de que López haya sido secuestrado. El mandatario reiteró "no hay nada nuevo" en la investigación sobre su paradero. Solá admitió que hubo pistas pero "muchas se cayeron" y sostuvo que "el caso es muy difícil por que se remonta a 30 años atrás y además se trata de un hombre grande, parco, que tenía su historia como congelada".

Por su parte, el presidente Néstor Kirchner volvió ayer a pedir la aparición de López y advirtió que el gobierno "está trabajando a fondo" en el esclarecimiento del caso para "que la paz, el amor y la no impunidad puedan reinar en este país". Por otra parte, Kirchner reclamó dejar de lado la campaña y "dedicarse a trabajar para avanzar día a día" en la construcción de un "futuro mejor".

En Diputados, el oficialismo rechazó ayer un pedido de interpelación al ministro del Interior, Aníbal Fernández, que había reclamado el bloque de la UCR a raíz de la desaparición de López. El Frente para la Victoria, que ocupa la bancada mayoritaria, votó en contra y cerró el paso al reclamo. (DyN/Télam)