ZAPALA (AZ).- El sargento primero José Sandoval aseguró ayer haber visto cómo Rubén Riquelme le aplicaba dos puntazos al oficial Sergio Hernández la noche del 12 de abril pasado en Mariano Moreno.

El testimonio se convirtió en el más importante de la primera jornada del juicio oral que se lleva adelante contra Riquelme, quien ayer no quiso declarar, en la Cámara Multifueros de Zapala. Otros efectivos policiales ubicaron al acusado -que cuenta con el patrocinio del defensor Rubén Bortolatto- en la escena del hecho, y todos coincidieron en señalar que "no actuaba bajo los efectos del alcohol".

Para hoy está prevista la presencia de varios amigos de Riquelme que estaban junto a él en el momento del crimen. De todas formas, el fiscal Héctor Trova pidió que no se acepten sus testimonios, ya que varios de ellos podrían verse involucrados en una investigación por presunto atentado y resistencia a la autoridad.

"Con Riquelme estábamos frente a frente pero él tenía un cuchillo, después apareció el oficial Sergio Hernández y cuando quiso desarmarlo vi como le daba dos puñaladas", contó ayer Sandoval en un tramo de su relato.

Reveló que sacó el arma reglamentaria y efectuó "dos disparos al piso". "Sabemos que es el último recurso que tenemos que usar, pero la situación era muy grave" explicó.

El hecho ocurrió el 12 de abril pasado poco después de las 20 frente a la despensa "Aylín" en la calle Neuquén en Mariano Moreno. Riquelme, junto a un grupo entre los que encontraban Walter Rivero, Gumercindo Villalobos y los hermanos Maubecín, presuntamente estaba consumiendo bebidas alcohólicas en la calle.

Una patrulla policial les pidió que se vayan en varias oportunidades pero recibieron como respuesta una lluvia de insultos y provocaciones.

Poco después, un grupo de efectivos liderados por el subcomisario Isaías Painefilú llegó hasta el lugar para disuadirlos y se desató el escándalo. Al menos dos montaron a sus caballos y comenzaron a golpear a los policías

con los rebenques. Todos los testigos coincidieron en señalar a Walter Rivero como el más descontrolado. "Vengan milicos cagones que los voy a ensartar", aseguran que gritaba desaforado.

En ese contexto de violencia, y según la acusación, Riquelme exhibió un cuchillo cuando los policías intentaron detenerlo.

El oficial Sergio Hernández quiso desarmarlo tomándolo de los brazos pero recibió una herida a la altura del corazón que le produjo un shock hipobolémico que lo llevó a la muerte en pocos minutos.

"Lo teníamos entre varios y me decía que me acerque porque me quería ensartar", contó el subcomisario Painefilú quien reveló que Riquelme recién soltó el arma cuando lo golpearon con un elemento en los nudillos.

El dueño de la despensa, José Valenzuela, reconoció haberles vendido alcohol esa noche pero en una cantidad mucho menor a la que se presumía originalmente. "Rivero compró dos fernet, una caja de vino, dos huevos de pascua y un yogur", dijo ayer.