NEUQUEN (AN) - La belleza de Confluencia Traful es como una pequeña muestra de lo que el turista disfrutará algunos kilómetros más allá. El sitio es, además, un punto de abastecimiento estratégico de la ruta nacional 237. Pero el desarrollo de esta zona privilegiada de Neuquén, ubicada en la majestuosidad del Valle Encantado, está frenado por la falta de dos servicios básicos: la electricidad y el teléfono.

Una estación de servicio del Automóvil Club Argentino (ACA), una hostería, estancias, pisciculturas y restaurantes sobreviven como pueden ante la disyuntiva de afrontar los costos de la autogeneración de energía eléctrica o brindar un servicio de menor calidad o reducido a las horas de luz natural.

Parece una paradoja porque Confluencia Traful está a sólo 40 kilómetros de una fuente confiable y abundante de energía: la central hidroeléctrica Alicurá, desde donde se abastece casi toda la región cordillerana de Río Negro y el sur de Neuquén.

En ese cruce de ríos (se unen el Traful con el Limay) no hay siquiera una generación aislada de luz de parte del EPEN.

Cuando este año se anunció que la provincia y la Nación estudiaban la interconexión de Villa La Angostura (donde la electricidad se genera mediante una central a gas), la gente del Valle Encantado se entusiasmó porque el trazado incluía el abastecimiento de Villa Traful (donde el EPEN también genera de manera local la electricidad).

Si la línea pasaba por Villa Traful, casi obligatoriamente debía también atravesar Confluencia Traful. Pero en el mismo gobierno provincial apareció otra idea: tomar la luz de territorio rionegrino, utilizando el tendido Alicurá-Pilcaniyeu que opera Edersa. Esta alternativa deja afuera a Confluencia y a Villa Traful.

¿Cómo hace ahora la gente de este paraje para mover los surtidores de nafta, encender las luces de la hostería o enfriar una botella de gaseosa? Compra gasoil a granel para mover grupos electrógenos. Se sabe que, además de cara, la utilización de gasoil plantea en este momento el problema de la escasez.

El lugar, sin ser central en lo turístico, tiene bellezas y recursos económicos para explotar que no progresan de manera más intensiva por los frenos que significan el abastecimiento de servicios.

Porque además de luz, falta telefonía. No se trata sólo de la inexistencia de líneas fijas sino, además y sobre todo, de señal de celular. Uno de los que desarrollan su actividad económica en el lugar le hizo notar a un periodista de "Río Negro" que tomando la ruta hacia Villa Traful hay un cartel de acceso al parque nacional Nahuel Huapi auspiciado por una empresa de telefonía celular cuya señal más cercana está a 60 kilómetros.

Algunos logran tener un precario servicio de radioenlace con Bariloche, pero no es confiable.

Los accidentes son moneda corriente en la ruta nacional 237. Y muchos se dan en ese punto de la provincia de Neuquén, repleto de curvas y precipicios.

Más de una vez el pedido de ayuda no fue lo suficientemente rápido porque no había modo de comunicarse. Por ahora ninguna vida dependió de una llamada de teléfono, pero la posibilidad está latente.