Jueves 28 de Septiembre de 2006 Edicion impresa pag. 33 > Policiales y Judiciales
Absuelven a policía que mató a joven por la espalda
Aseguran que actuó en legítima defensa. Dieron por probado que la víctima estaba armada.

NEUQUEN (AN).- La justicia absolvió ayer al policía que mató de un balazo por la espalda a un hombre durante una persecución por la zona de chacras de Plottier. En forma unánime los tres jueces dieron por probado que actuó en legítima defensa, que la víctima estaba armada con una pistola, y afirmaron: "resulta ilógico aguardar que el agresor efectúe un disparo para poder repeler la agresión".

Lejos de efectuar algún cuestionamiento a la falta de capacitación de la policía, que quedó en evidencia durante el debate oral, la sentencia respalda la teoría del "tiro por instinto", como la describió un oficial que declaró en el juicio y que admitió que los policías disparan sin apuntar. "Si la persona queda viva, muchísimo mejor" dijo en aquella ocasión.

La absolución fue recibida con estupor por los familiares del fallecido, Mario González, y con lágrimas de alegría por los del policía Luis Alarcón. Unos y otros asistieron ayer al mediodía a la lectura del fallo de 44 páginas. El imputado no concurrió y tampoco su defensor, Marcelo Inaudi.

La asociación Zainuco reaccionó con indignación. "Con este fallo los jueces le dieron a la Policía carta blanca para matar", afirmó en un comunicado.

Alarcón es un agente del nuevo cuadro de 30 años que el 26 de noviembre del año pasado, alrededor de las 13, persiguió y mató de un balazo a González, de 27. Fue en la zona de chacras de Plottier, y González huía por dos motivos: había robado una bicicleta y estaba prófugo de la cárcel, donde purgaba una condena por homicidio. En una de las salidas transitorias, no regresó.

La víctima estaba acompañado de su hijo de 7 años y su sobrino de 17. La bala que le disparó Alarcón hizo una extraña trayectoria: le impactó de espaldas, cuando trepaba el borde de un canal de riego, ingresó por la nalga y salió por la ingle. En su recorrido le seccionó la arteria aorta, por lo que González se desangró y murió en minutos delante de sus familiares.

Alarcón, quien al momento de disparar sobre la víctima no sabía que era un prófugo ni tenía probado que había sustraído una bicicleta, dijo en su defensa primero que se le escapó el tiro, y luego que González le apuntó con un arma de fuego. Dos días después del crimen encontraron en el canal de riego una pistola calibre 22.

Ese fue uno de los aspectos más controvertidos del caso. La fiscal del juicio, Elba Burgos Gallardo de Juárez Truccone, afirmó que ese arma "nunca estuvo en poder de González" y por eso pidió 10 años de prisión para Alarcón.

Pero ayer el camarista Luis Fernández, con la adhesión de sus pares Carlos Sierra y Pablo Vignaroli (subrogante) afirmó que el hallazgo del arma fue legal y confirma la coartada de Alarcón. Sobre el mismo tema desempolvó el prontuario de González: "no era ajena a la conducta pasada del nombrado el portar armas de fuego, e incluso el protagonizar conductas violentas en presencia de su hijo", escribió Fernández.

En cuanto a la legítima defensa, el camarista señaló que "es necesario colocarse en la situación vivida por el agente del orden". En ese sentido indicó: "Poniéndonos en la situación de quien se ve obligado a utilizar un arma, luego de ser apuntado, y previo a ello haber efectuado una larga carrera con esfuerzo físico, la apreciación efectuada por los sentidos se encuentra influenciada por distintos factores: la tensión del momento, la agitación, el temor propio de la situación y el disparo en cierta forma se efectúa en forma instintiva".

"Ante alguien que apunta con un arma -agregó- la lógica de los hechos nos impone que la respuesta debe ser inmediata, sin poder realizar racionalizaciones de cuál es la parte del cuerpo a apuntar. Por ello el tema de si es correcto el instruir al personal que debe efectuar disparos a las piernas resulta en el caso que nos ocupa una discusión estéril. Conforme lo expresan los manuales de la materia el tiro debe ser instintivo, y la elección debe efectuarse en un instante, no hay lugar a grandes meditaciones cuando está en riesgo la vida".

También señaló que "la circunstancia de apuntar con un arma a una persona constituye una agresión actual (...), sería ilógico el aguardar que el agresor efectúe un disparo para poder repeler la agresión".

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