La situación en torno al Casino ha estado a menudo teñida de conflictividad. Una de las situaciones ásperas que se planteó con el Concejo fue por el año 2000 debido a que la empresa propietaria, Emprendimientos Patagónicos- estaba en rebeldía y no se avenía a pagar la totalidad del canon estipulado. Precisamente este hecho era por entonces el argumento de algunos concejales que criticaban la "habilitación precaria" que la Intendencia le había dado a esa firma para la apertura de un anexo. El caso creció hasta el punto de que mereció una interpelación en el Concejo del entonces secretario de Hacienda Jorge Yáñez, que no arrojó luz sobre la cuestión y trasladó la responsabilidad a la Provincia que autorizaba dos bocas.
La objeción de los ediles consistía en que según estaba estipulado en la concesión, la instalación del casino tenía por propósito un entretenimiento turístico, en tanto el anexo se ubicaba en una zona residencial popular y sus clientes el público local.
El anexo no estuvo demasiado tiempo en esa localización y hace aproximadamente dos años fue trasladado a un local dentro del recién construido Shopping Patagonia, a dos cuadras del sitio anterior. Es visible para cualquiera que lo visite que a toda hora durante el día, por las salas circulan mayoritariamente vecinos, muchas veces de condición humilde, para probar suerte en las máquinas tragamonedas.