BERLIN (AFP) - El principal negociador iraní, Ali Larijani, y el jefe de la diplomacia de la UE, Javier Solana, se reunirán de nuevo hoy cerca de Berlín, tras mantener un encuentro de más de cinco horas, destinado a hallar una salida al contencioso nuclear.
La portavoz de Solana, Cristina Gallach, indicó anoche que ambos responsables se volverían a citar hoy a la mañana. La portavoz no ofreció ningún detalle acerca de los frutos de esa reunión, considerada por los occidentales como una última oportunidad para Teherán para aceptar un acuerdo acerca de su programa nuclear y evitar así sanciones de la ONU.
Pese a un cierto clima de optimismo ante la reunión de Solana y Larijani, el presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, arrojó un jarro de agua fría al declarar que ningún iraní estaba autorizado a ceder el "derecho de la nación" al enriquecimiento de uranio.
"Nos dicen de suspender el enriquecimiento, aunque sea sólo por un día, con el pretexto de un problema técnico, de forma que podamos proseguir las negociaciones", aseguró Ahmadinejad.
El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, ya había avanzado que no esperaba que Solana y Larijani alcanzaran un acuerdo durante la jornada de ayer. "Evaluaremos juntos" la postura iraní tras la reunión para decidir si se vuelve o no a la ronda de negociaciones, dijo el canciller alemán.
En Washington, la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, advirtió de que las conversaciones entre europeos e iraníes no podían "continuar mucho tiempo más". Antes de la reunión, el jefe de la diplomacia iraní, Manuchehr Mottaki, había declarado a la televisión estatal: "Como hay un clima de comprensión entre la República Islámica de Irán y Europa, podemos ser optimistas" sobre el resultado de las conversaciones.
El canciller hizo estas afirmaciones desde Nueva York, donde asistió a la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Esta nueva entrevista entre Larijani y Solana era presentada como la última oportunidad antes de la adopción de eventuales sanciones contra Irán, que no se sometió a la exigencia del Consejo de Seguridad de la ONU de suspender todas sus actividades de enriquecimiento de uranio a más tardar el 31 de agosto pasado.
El diálogo se realiza en el marco de un acuerdo propuesto por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (Estados Unidos, China, Francia, Gran Bretaña, Rusia) y Alemania.
Los seis proponen a Irán un paquete de incentivos a cambio de congelar su programa de enriquecimiento de uranio, que según los países occidentales podría ser utilizado para fabricar armas nucleares. El diario Washington Times afirmó que Irán estaba a punto de aceptar un acuerdo secreto por el cual suspendería el enriquecimiento de uranio durante 90 días para permitir conversaciones adicionales entre las naciones europeas. Sin embargo, el director adjunto de la Organización Iraní de la Energía Atómica, Mohamad Saidi, señaló que la cuestión de la suspensión no se encontraba sobre la mesa.
Poniendo en evidencia que no existe unidad entre las grandes potencias, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, dijo que su país se negaba a apoyar "ultimatums" contra Irán, que conducirían a una "nueva crisis" en Oriente Medio. El martes, Rusia e Irán anunciaron un acuerdo para la puesta en marcha de la central nuclear de Buchehr, en el sur de Irán, en septiembre de 2007.